Bogotá.— El presidente de Colombia, Iván Duque, se reunió ayer con fuerzas opositoras de centro, en sus primeros contactos por intentar abordar la crisis que tiene al país en el abismo, mientras que en las calles, miles de personas siguen clamando su malestar social.
El mandatario pidió a los manifestantes levantar los bloqueos de carreteras que están provocando desabastecimiento de alimentos y medicinas. Además, el gobierno dijo que es garante de la protesta pacífica, por lo que ha tomado todas las medidas para respetar ese derecho. “No hay ninguna justificación para que existan bloqueos que estén evitando que lleguen alimentos a las casas de tantas familias, que llegue el oxígeno a los puntos de salud, que lleguen las vacunas, que es lo que nos permite avanzar en nuestra sociedad en la reactivación”, dijo Duque a periodistas en Bogotá. Asociaciones médicas y autoridades gubernamentales de Colombia advierten dificultades de abastecimiento de oxígeno de uso médico a causa de los bloqueos en las principales vías.
La jornada de contactos de Duque comenzó ayer en la Casa de Nariño (sede del Ejecutivo) con líderes de la Coalición de la Esperanza, alianza política de centro-izquierda para las elecciones de 2022, quienes le pidieron al jefe de Estado diálogo “genuino” con los organizadores de las protestas.
Una tarea que se vuelve ardua, porque los principales sindicatos y el llamado Comité Nacional del Paro, que organizaron las primeras movilizaciones del 28 de abril, ya no son los predominantes en las calles, que son tomadas cada día por centenares de jóvenes de clases medias y bajas que, hastiados por la situación en la que les ha puesto la pandemia, gritan contra la violencia policial, contra la reforma de la sanidad o por la paz.
Las manifestaciones, que entraron ayer en su décimo día, han sido en su mayoría pacíficas, llenas de música y colorido, que contrasta con los actos de vandalismo y saqueos aislados y ajenos a las protestas, así como los excesos policiales ocurridos principalmente en Cali.
Diferentes estamentos como el Sistema de las Naciones Unidas en Colombia, la Unión Europea (UE) y los gobiernos de EU y España, entre otros, tienen su foco de atención en Colombia y piden al gobierno diálogos para salir de la crisis, al tiempo que condenan la brutalidad policial que ha dejado al menos 24 personas muertas y unos 800 heridos, según la Defensoría del Pueblo, cifras que la ONG Temblores eleva a 37 homicidios.
El presidente sigue sin reconocer los abusos por parte de las fuerzas de seguridad e insiste en criminalizar las protestas resaltando los actos de vandalismo y hablando de organizaciones criminales. Diferentes sectores políticos, analistas y organizaciones sociales han expresado su preocupación al recordar que Duque tiene que reunirse con el Comité de Paro y con los jóvenes. Los precandidatos a la presidencia se acercaron a Duque para expresarle sus percepciones sobre el descontento social y, a la vez, plantearle sus puntos de vista.
Al término de la reunión con la Coalición de la Esperanza, el ministro del Interior, Daniel Palacios, aseguró que Duque quiere reunirse con el Comité del Paro el próximo lunes. Además, Duque también tenía en su agenda cita con el excandidato presidencial Óscar Iván Zuluaga.
El secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, condenó los casos de “tortura y asesinato cometidos por las fuerzas del orden” en Colombia.
Mientras, la cancillería cubana llamó a cuentas ayer al embajador de Colombia en La Habana para expresar su “enérgica protesta” luego de que Bogotá declarara persona non grata a un diplomático cubano, un acto considerado por Cuba como “inamistoso”. “Convocamos hoy al embajador de Colombia [Juan Manuel Corzo] para trasladar mediante nota verbal nuestra enérgica protesta por la decisión”, dijo Eugenio Martínez, director de América Latina de la cancillería cubana en Twitter.
El funcionario demandó que “se expongan los supuestos motivos para esta insólita decisión”. La cancillería colombiana declaró “persona non grata” al primer secretario de la embajada cubana en Bogotá, Omar Rafael García Lazo. Colombia dijo que tomó esa decisión al verificar “que estaba desarrollando en el país actividades incompatibles con lo previsto en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas”, según un tuit de la cancillería.