El 2 de agosto de 1990, el ejército de Irak , por orden de Saddam Hussein, irrumpió en el emirato de Kuwait y anexó ese pequeño territorio rico en petróleo, pero siete meses después fue expulsado de allí por una coalición internacional dirigida por Estados Unidos.
Irak
fue sometido a 12 años de embargo y se vio obligado a pagar a Kuwait, a través de la ONU, importantes indemnizaciones de guerra.
Estas son 5 claves para entender el conflicto:
El 18 de julio de 1990, Bagdad acusó a su vecino de “arañarle” su territorio y de “robarle” petróleo al bombear en la capa del campo petrolero de Rumaila (sur), lo que hizo aumentar las tensiones. Irak reclamó el reembolso de 2 mil 400 millones de dólares (unos 2 mil millones de euros).
Pero Kuwait rechazó las acusaciones y replicó que era Irak quien trataba de perforar pozos petroleros en su territorio.
Varias disputas enfrentaron a ambos países, incluyendo la delimitación de fronteras, un tema espinoso que había quedado en suspenso desde la independencia de Kuwait, en 1961.
Además, Irak acusaba al emirato de “inundar deliberadamente” el mercado petrolero, provocando que los precios bajaran.
Irak reclamó que el emirato anulara la deuda que había contraído durante su guerra contra Irán (1980-1988) al considerar que, al librar ese conflicto, había defendido a Kuwait y al resto de países del Golfo.
El 20 de julio, la Liga Árabe y Arabia Saudita iniciaron mediaciones para desatascar la crisis, pero estas fracasaron y los diálogos entre Irak y Kuwait quedaron suspendidos el 1 de agosto.
El 2 de agosto llegó la invasión: “Las tropas iraquíes empezaron a las 02:00 (23:00 GMT) a violar nuestras fronteras norte, a penetrar en el territorio kuwaití y a ocupar posiciones en el interior” del país, anunció Radio-Kuwait.
Más tarde, la radio instó a los kuwaitíes a “defender su tierra, su arena y sus dunas”.
Las unidades kuwaitíes y el ejército iraquí se enfrentaron con armas pesadas en el centro de la ciudad de Kuwait.
Pero, frente a los 100 mil soldados iraquíes y sus 300 tanques, el ejército kuwaití, de 16 mil efectivos, se vio desbordado. La capital fue ocupada durante la madrugada y el emir, Jaber al Ahmed al Sabah, huyó a Arabia Saudita. Su hermano Fahd fue abatido durante la toma del palacio.
En Bagdad, se anunció el fin del “régimen traidor”, “cómplice” de un “complot estadounidense-sionista” que buscaba impedir la recuperación de la economía iraquí.
Por la noche, el ejército iraquí se dirigió hacia los puertos petroleros de Al Shuyaba y de Al Ahmadi (al norte y al sur de la capital, respectivamente).
La comunidad internacional condenó firmemente la invasión, mientras que los precios del petróleo se disparaban.
El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió con carácter de urgencia y exigió “la retirada inmediata e incondicional de las fuerzas iraquíes”.
Washington congeló todos los haberes de Irak en Estados Unidos y en las filiales en el extranjero, así como los haberes kuwaitíes, para evitar que los retomaran kuwaitíes al servicio de Bagdad.
La Unión Soviética, proveedora del 80% del armamento iraquí, interrumpió sus entregas de armas.
El 6 de agosto, el Consejo de Seguridad impuso un embargo comercial, financiero y militar a Irak.
El 8, el presidente estadounidense George Bush anunció el envío de tropas a Arabia Saudita, y los primeros soldados de la operación “Escudo del desierto” llegaron al día siguiente.
Irak cerró sus fronteras a los extranjeros. Varios miles de civiles occidentales, árabes y asiáticos fueron retenidos contra su voluntad en Irak o en Kuwait, y durante más de cuatro meses, unos 500 fueron utilizados como “escudos humanos” en sitios estratégicos.
El 8 de agosto, Irak proclamó su fusión “total e irreversible” con Kuwait.
A finales de mes, anunció una nueva división administrativa en Kuwait, haciendo de la capital y sus alrededores la 19ª provincia iraquí e incorporando el resto del emirato a la provincia de Basora (sur de Irak).
“Kuwait forma parte de Irak”, sostuvo Saddam Hussein.
El 29 de noviembre, el Consejo de Seguridad de la ONU autorizó a “los Estados miembros [...] a usar todos los medios necesarios” para obligar a Irak a salir de Kuwait si no lo hacía antes del 15 de enero de 1991.
El 17, tras múltiples iniciativas diplomáticas infructuosas, empezó la operación “Tormenta del Desierto” con una intensa campaña aérea.
El 24 de febrero comenzó la campaña terrestre y en solo unos días las tropas aliadas pudieron liberar el emirato.
El 27, George Bush anunció que “Kuwait fue liberado [y] el ejército iraquí, derrotado”. Un día después, Bagdad aceptó todas las resoluciones de la ONU.
Los iraquíes dejaron tras de sí un país devastado, saqueado y más de 750 pozos petroleros ardiendo.
La crisis dividió a los árabes. Los ejércitos egipcio y sirio participaron en la coalición, denunciada por los otros países árabes.
En marzo de 2003, Kuwait sirvió de puente para la invasión estadounidense de Irak, dirigida por George Bush hijo y que condujo al derrocamiento de Sadam Husein.
lsm