El número de víctimas mortales por el ciclón Idai que desde el pasado jueves azota el litoral de Mozambique, Zimbabue y Malaui sigue ascendiendo.
"Todo indica que podrían registrarse más de mil muertos", dijo el presidente mozambiqueño Filipe Nyusi este lunes a una radio local tras haber visitado las zonas más afectadas del país, en las provincias de Sofala y Zambezia.
El número de desaparecidos se teme que supere también el millar.
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Las cifras oficiales, sin embargo, hablan de menos de un centenar de víctimas mortales (84), pero el propio Nyusi ha reconocido que el estado de destrucción en el que se encuentra el litoral mozambiqueño hace temer a las autoridades lo peor.
"Esto es un desastre humanitario", declaró Nyusi. "Hay más de 100 mil personas en riesgo", a la vez que señaló que había visto cuerpos "flotando" en el agua y "comunidades aisladas".
"Será uno de los peores desastres climáticos de la historia en el hemisferio sur si se confirman las informaciones del presidente (de Mozambique) y otras agencias en cuanto a la cifra de muertos", le dijo a a la BBC Clare Nullis, de la agencia meteorológica de la ONU.
La propia Federación Internacional de la Cruz Roja (FISCRMLR) dijo este martes que el número de muertos en Mozambique "podría aumentar significativamente dado el tamaño de las áreas (afectadas)", le contó Caroline Haga, portavoz de la organización, a la agencia de noticias Reuters.
Tampoco desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU) pueden ofrecer números concretos a la dimensión de la catástrofe.
"No tenemos cifras claras sobre el número de muertos, pero se están sobrevolando grandes áreas que están bajo el agua. Estamos viendo que hay kilómetros y kilómetros de aldeas que se encuentran bajo varios metros de agua", afirmó Gerald Bourke, del Programa Mundial de Alimentos de la ONU.
En Zimbabue, el recuento oficial de víctimas es de 98 personas muertas y más de 200 desaparecidas, según cifras del propio gobierno.
Malawi, también afectado por el ciclón, el número de muertos se mantiene en 56 desde la semana pasada, cuando el gobierno ofreció la última actualización.
Beira, la ciudad destruida
La peor parte del ciclón que el jueves tocó la costa sureste africana con vientos de hasta 177 kilómetros por hora se la ha llevado Beira. Es la cuarta ciudad más importante de Mozambique y su puerto sirve de entrada de mercancías para algunos de los países vecinos desprovistos de litoral.
Con alrededor de 530 mil habitantes, "casi el 90% de Beira está destruida o dañada", dijo en un comunicado este fin de semana la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FISCRMLR).
Incomunicada y sin luz durante horas tras el paso del ciclón, las autoridades y organizaciones humanitarias tienen dificultades para acceder a la zona y ejecutar las operaciones de rescate y apoyo a la población mientras continúa lloviendo.
"Con la ciudad de Beira aislada por carretera debido a las crecientes inundaciones y los daños extremos a la infraestructura vial en la ciudad, será extremadamente difícil obtener la cantidad de suministros que necesitamos, y también será extremadamente difícil acceder a áreas de fuera de la ciudad que necesiten asistencia", le dijo a la BBC Gemma Connell, de la agencia de asuntos humanitarios de la ONU en la región.
Los equipos de emergencia se centran ahora en intentar rescatar quienes han logrado sobrevivir, algunos de ellos refugiándose en los tejados de las casas y las copas de los árboles, según muestran las imágenes.
La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja estima que unas 400 mil personas se han quedado sin hogar solo en Mozambique, en lo que organización considera "la peor crisis humanitaria de la historia" del país.
El personal humanitario desplazado a la zona teme que las condiciones hagan surgir enfermedades derivadas de un cicló de esta magnitud.
"Las enfermedades transmitidas por el agua pueden aumentar después de un desastre como este debido a la contaminación del suministro de agua y la interrupción del tratamiento de las aguas residuales. Estas condiciones pueden hacer surgir brotes de gastroenteritis vírica, hepatitis, cólera y otras enfermedades", dijo Jamie LeSueur, líder de las operaciones que la FISCRMLR está llevando a cabo en Beira.
La malaria es endémica en Mozambique y su un pico ocurre durante la temporada de lluvias, de diciembre a abril. El agua estancada de las inundaciones pueden convertirse en un lugar perfecto para que los mosquitos se reproduzcan y multipliquen, señaló la FISCRMLR en un comunicado.
Naciones Unidas estima que, en total, hasta un 1.7 millones de personas pueden haberse visto afectadas de forma directa por el paso del ciclón.
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