La Policía libanesa lanzó hoy gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a cientos de manifestantes congregados frente a la embajada estadounidense en Beirut, para protestar contra la decisión del presidente Donald Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel.
Los manifestantes, algunos ondeando banderas palestinas, quemaron neumáticos y banderas estadounidenses e israelíes, además lanzaron piedras y cócteles molotov contra las fuerzas de seguridad que vigilaban los accesos a la embajada, situada en el barrio de Awkar, en el norte de Beirut.
Varios manifestantes han resultado heridos, aunque no se han reportado muertos, si bien la situación es tensa, según medios libaneses, entre ellos el Daily Star.
La multitud reunida en Awkar coreaba consignas en apoyo a la causa palestina y demandaba al presidente Trump a retractarse de su decisión de reconocer a Jerusalén como capital israelí y trasladar su embajada a esa ciudad sagrada desde Tel Aviv.
Ante los manifestantes, el secretario general del Partido Comunista Libanés (PCL), Hanna Gharib, declaró a Estados Unidos “enemigo del pueblo palestino” y exigió el cierre de la embajada estadunidense “como símbolo de la agresión imperialista”.
“La decisión agresiva de Trump hacia la causa palestina no tiene más interés que el subyugar a este pueblo y provocar más olas de desplazados”, dijo Gharib.
Llamó al gobierno libanés y a los Estados árabes a cesar todos sus programas de cooperación con Estados Unidos y expulsar a sus embajadores, porque ese país es el enemigo de Palestina y de todas las naciones que luchan por su libertad.
Como gesto de solidaridad con los palestinos, el primer ministro libanés, Saad Hariri, ordenó este domingo izar la bandera palestina en la Rouche Sea Rock, una emblemática roca situada en el mar junto al paseo marítimo de Beirut.
La decisión de Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel, tomada el miércoles pasado, enfureció al mundo árabe y generó críticas de otros países y organismos internacionales, que coincidieron en que es un golpe para los esfuerzos de paz en Medio Oriente y puede causar más disturbios en la región.
Al menos cuatro personas han muerto y más de mil han resultado heridas durante las multitudinarias protestas en los territorios palestinos contra el reconocimiento de Jerusalén como capital israelí por parte de Estados Unidos.
En El Líbano viven cerca de 450 mil refugiados palestinos, ubicados en 12 campamentos, tres de los cuales se sumaron a las protestas: Badaui, Burj al Barajneh y Ain al Hilwe.
cfe