Londres/París.— En Londres, activistas de ultraderecha y seguidores de futbol forcejearon contra la policía mientras trataban de resguardar los monumentos históricos que recientemente han sido blanco de los manifestantes antirracistas por sus vínculos con la esclavitud y el colonialismo británico.
Según las autoridades, 27 personas resultaron heridas y hubo más de 100 arrestos por agresión a los agentes, posesión de estupefacientes y consumo de alcohol.
En un momento también hubo enfrentamientos entre antirracistas e integrantes de la ultraderecha en Trafalgar Square, así como dentro y fuera de la estación de Waterloo.
El premier Boris Johnson condenó el racismo y las violaciones del distanciamiento social. La secretaria del Interior, Priti Patel, desaprobó la “agresión inaceptable” de los participantes en las protestas, mientras que el alcalde de Londres, Sadiq Khan, advirtió que “los perpetradores sentirá la fuerza de la ley”.
En la capital, un grupo simpatizante del movimiento Black Lives Matter suspendió la convocatoria a una movilización, al alegar que ésta sería insegura.
No obstante, algunos se reunieron en el Hyde Park para denunciar el racismo, a la par de una protesta de activistas de extrema derecha.
Muchos participantes de este último contingente se reunieron alrededor de una estatua del exprimer ministro Winston Churchill y el monumento del Cenotafio, que fueron rodeados de paneles protectores para protegerlos contra posibles actos de vandalismo.
Algunos activistas arrojaron botellas y latas a los policías; otros intentaron atravesar las barricadas.
Los agentes antidisturbios a caballo hicieron retroceder a la multitud. Los manifestantes, que parecían ser en su mayoría hombres blancos, corearon: “Inglaterra” y cantaron su Himno Nacional.
En Brighton, un portavoz de la policía de Sussex confirmó que las protestas contra el racismo concluyeron sin incidentes.
En Francia también hubo actividad. Los agentes antidisturbios de París dispararon gas lacrimógeno para dispersar una movilización, en gran parte pacífica, pero no autorizada contra la brutalidad policial y el racismo arraigado.
Los acontecimientos en las dos capitales europeas reflejaron la conmoción mundial desatada por la muerte de George Floyd en Estados Unidos y el consiguiente reproche por la injusticia social y los errores históricos.
Horas antes, la policía de París ordenó el cierre de los restaurantes y tiendas. Asimismo, se realizaron manifestaciones similares, desde Rouen, en Normandía, hasta Marsella, en el Mediterráneo.
En Suiza, miles de ciudadanos desafiaron la prohibición de manifestarse, como en Berna. Previamente, en Australia miles de personas salieron. En ambos puntos fue por la misma causa de París.