Tras varias semanas de enfrentamientos entre manifestantes y policías en Hong Kong, y un fin de semana especialmente violento en el que se detuvieron a decenas de personas, el gobierno chino condenó este ataque las protestas en una inusual rueda de prensa en Pekín.
China considera que quienes protestan están causando "horrendos incidentes" y reiteró su apoyo Carrie Lam, la jefa ejecutiva de la Región Administrativa Especial de Hong Kong.
"Esperamos que la gente se mantenga firme en la defensa del Estado de derecho", dijo un vocero de la Oficina de Asuntos de Hong Kong y Macao (HKMAO, por sus siglas en inglés), del Consejo de Estado del gobierno de Pekín.
Es la primera respuesta oficial de un organismo político de China en Hong Kong (el más importante) ante la escalada de disturbios que está ocurriendo en la isla y que no había reconocido hasta ahora por Pekín.
Hong Kong ha experimentado ocho fines de semana consecutivos de protestas antigubernamentales.
Este fin de semana hubo fuertes enfrentamientos con las fuerzas policiales, que arrojaron gas lacrimógeno y balas de goma a los manifestantes. También hubo barricadas en varios puntos de la ciudad.
Aunque las autoridades en Pekín han condenado las protestas y reiterado su apoyo a Lam en varias ocasiones, la intervención de este lunes refleja por primera vez el punto de vista oficial de los líderes de China sobre los disturbios.
El portavoz de HKMAO, Yang Guang, dijo que las protestas son "actos malvados y criminales cometidos por elementos radicales".
"Pedimos al público en general de Hong Kong que sea consciente de la gravedad de la situación actual", dijo en la conferencia de prensa.
También declaró lo siguiente:
Esta intervención se produce una semana después de que los manifestantes salpicaran con tinta negra el emblema nacional del gobierno chino, provocando la ira de las autoridades en Pekín.
Las autoridades chinas han instalado ahora una caja para proteger el escudo chino.
Como antigua colonia británica, Hong Kong tiene su propio sistema legal y judicial y se le prometió "un alto nivel de autonomía" del gobierno chino, excepto en asuntos externos y de defensa.
Bruce Lui, catedrático de periodismo de la Universidad Bautista de Hong Kong, le dijo a la BBC que Pekín "está repitiendo lo que ha dicho hasta ahora: condenar la violencia y apoyar a Carrie Lam y a la policía de Hong Kong".
"Pero cuando se le preguntó sobre el despliegue de tropas del Ejército Popular de Liberación de China, el vocero mostró una actitud bastante distante".
Aunque las tropas están estacionadas en Hong Kong, no se espera que interfieran en asuntos locales. Pero la ley permite que el gobierno de Hong Kong pida ayuda al ejército chino para mantener el orden público o en caso de desastre natural.
Las protestas comenzaron cuando el gobierno de Hong Kong presentó un polémico proyecto de ley para permitir las extradiciones a la China continental.
Eso generó enormes protestas y los críticos dijeron que esa ley socavaría las libertades en Hong Kong y sería usada para atacar a activistas políticos.
La situación se intensificó cuando la policía fue acusada de usar una fuerza excesiva contra los manifestantes.
Las protestas por la ley de extradición, ya aplazada por las autoridades, se han transformado en un movimiento más amplio.
El gobierno ha detenido los avances del proyecto del ley y los manifestantes quieren ahora que éste sea eliminado del todo, pero también una investigación independiente sobre la violencia policial y que se mantenga la autonomía respecto a Pekín.
También quieren que Carrie Lam, quien no fue directamente elegida por los votantes y cuyo manejo de la crisis ha sido ampliamente criticado, renuncie.
3 de abril: el gobierno de Hong Kong introduce un proyecto de reforma de las leyes de extradición de la ciudad que permitirían extraditar a los sospechosos a China continental.
9 de junio: un millón de personas marchan hasta la sede del gobierno, en la primera de las muchas protestas contra las reformas.
12 de junio: manifestantes en contra de la extradición bloquean carreteras e intentan asaltar edificios gubernamentales, y la policía dispara gases lacrimógenos y balas de goma, en el peor brote de violencia en décadas.
15 de junio: la jefa ejecutiva de Hong Kong, Carrie Lam, retrasa indefinidamente la discusión del proyecto de ley.
16 de junio: unos dos millones de personas salen a la calle para exigir la retirada total del proyecto de ley, una investigación sobre la presunta violencia policial y la renuncia de Carrie Lam.
21 de junio: las protestas bloquean la sede de la policía durante 15 horas. También se exige que los manifestantes que fueron arrestados sean liberados.
1 de julio: en el aniversario de la entrega de Hong Kong de Reino Unido a China, el edificio del Consejo Legislativo (LegCo) es asaltado por manifestantes.
21 de julio: los manifestantes vandalizan la oficina de enlace de China en Hong Kong. Esa misma noche, una multitud de hombres vestidos con camisas blancas atacan a manifestantes y viajeros en la estación de Yuen Long, en una nueva escalada de violencia.
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