Santiago.— El clamor chileno se escuchó fuerte y claro: Es hora de cambiar una Constitución que es herencia de la dictadura de Augusto Pinochet.
En lo que ya se prevé como una participación récord, el “apruebo” a cambiar la Carta Magna arrasó ayer en el histórico plebiscito que se realizó en Chile.
Escrutadas casi 100% de boletas, 78.27% (5 millones 709 mil 237) votó “apruebo”, mientras que 21.73% (un millón 585 mil 181) optaron por el “rechazo”. Estaban habilitados para votar unos 15 millones de ciudadanos. En el voto de los chilenos en el extranjero también se impuso el sí, según los primeros resultados difundidos por el Servicio Electoral.
También, por mayoría abrumadora (79.06%), los chilenos decidieron que la nueva Constitución será redactada por una convención constitucional, con 155 miembros elegidos por voto popular, donde habrá paridad de género y que contará con representación de los pueblos originarios, reveló el diario El Mercurio. Una minoría votó porque fuera escrita por 172 personas, la mitad electos y la otra mitad de diputados y senadores en ejercicio.
Incluso antes de que se contaran todos los votos, el presidente Sebastián Piñera, uno de los opositores al cambio, dio un mensaje, acompañado por su gabinete, en el palacio presidencial de La Moneda. “Hoy la voz de todos se ha escuchado con la misma fuerza y cada voto ha tenido el mismo valor. Hoy ha triunfado la ciudadanía y la democracia, y la paz sobre la violencia”.
La Constitución, reconoció, “hasta ahora nos ha dividido. A partir de hoy, todos debemos colaborar para que la nueva Constitución sea el gran marco de unidad, de estabilidad y de futuro”. Y añadió: “Es tiempo de sanar las heridas del pasado, unir voluntades y levantar la vista hacia el futuro”.
El plebiscito se realizó en un ambiente de tranquilidad general, aunque al atardecer unos 200 ecnapuchados que protestaban contra el gobierno se enfrentaron a la policía en la céntrica Plaza Italia, y fueron dispersados con gases lacrimógenos y con chorros de agua.
Más tarde, miles de personas se reunieron en el mismo lugar, pero con un ánimo totalmente distinto, de fiesta, para celebrar el resultado de la consulta. También ubo festejos en Valparaíso, Concepción y otras zonas. “¡Chile despertó! ¡Chile despertó!”, coreaban miles en la plaza Italia. “Ni de joven pensé que en Chile seríamos capaces de unirnos para semejante cambio”, dijo a la AFP María Isabel Ñúñez, de 46 años, acompañada de su hija.
El senador Juan Antonio Coloma, del partido que fundó Unión Demócrata Independiente y miembro del comando del Rechazo, el movimiento que quería mantener la Constitución, reconoció la derrota. “Son resultados bien contundentes... la tendencia está clarísima. La democracia es así y creo que lo que cabe es seguir el proceso”, indicó.
La decisión no tiene parangón en la historia chilena. El cambio se comenzó a gestar el 12 de noviembre de 2019, días después de un estallido social contra las profundas desigualdades sociales que empujó a Piñera a lograr un acuerdo político por el cual se convocó al referéndum.
En el debate se prevé se incluyan temas como cuál debe ser el papel del Estado en derechos como la salud y la educación. La Ley Fundamental vigente desde 1981 marca diferencias entre la salud pública y privada. Lo mismo sucede en la enseñanza. Además, permitió la privatización del sistema de pensiones, que entrega jubilaciones muy bajas para los que tienen menos dinero.
De acuerdo con El Mercurio, a principios de diciembre, Piñera deberá convocar a la elección de delegados que recibirán el nombre de Convencionales Constituyentes. El 11 de abril de 2021 se elegiría a los 155 miembros y hasta mayo comenzaría la redacción de la nueva Constitución. Nueve meses después de la instalación de la convención, vence el plazo de entrega de la Carta Magna, con opción de prórroga.
La ley deberá ser aprobada o rechazada en un plebiscito con voto obligatorio que será convocado el segundo semestre de 2022. Si es rechazada, seguirá vigente la Constitución de la dictadura militar.