Los chilenos votaron masivamente a favor de una nueva Constitución este domingo y en las celebraciones por la victoria del "Apruebo" en el plebiscito muchos también hicieron ondear la bandera que representa al pueblo mapuche.
En lengua mapudungún se la llama Wenüfoye, "Canelo del cielo", en referencia a uno de los árboles sagrados de la nación indígena que lo tiene como emblema.
La enseña ya se había convertido en uno de los símbolos del estallido social de octubre del año pasado, que forzó la convocatoria al plebiscito de este 25 de octubre.
Y la gigantesca Wenüfoye desplegada durante las celebraciones en la céntrica Plaza Italia -la "Plaza Dignidad" de los manifestantes- confirmó su protagonismo en la nueva etapa que inicia en Chile.
Se espera que los derechos indígenas sean uno de los temas que se debatirán en el proceso de redacción de la Constitución que reemplazará a la promulgada por Augusto Pinochet en 1980.
Sujetos históricos de discriminación, y enfrentados con el Estado chileno en un conflicto centenario, los mapuches empezaron a debatir la creación de un emblema propio a partir de la década de 1990.
Y entre las cientos de propuestas recibidas por el Consejo de Todas las Tierras, la finalmente elegida, en octubre de 1992, fue la Wenüfoye.
Utilizada orgullosamente por los mapuches durante décadas, en 2010 un municipio de la Araucanía chilena consiguió autorización para izarla junto al pabellón oficial en sus diferentes dependencias.
Y para el historiador Fernando Pairican, su reciente adopción, por parte de "los chilenos descontentos", es muestra de que "la sociedad es más plurinacional que lo que la elite admite".
"¿Qué ve la sociedad chilena en ella? Tal vez mayor democracia y resistencia", explica Pairican en una columna publicada el año pasado en el portal del Centro de Investigación e Información Periodística, Ciper.
"Pero también (…) ve un símbolo de liberación, de autorreconocimiento, de creer en la unidad dentro de la diversidad, de respetar, de valorar cada frente de lucha", se lee en la misma.
De hecho, la actual bandera mapuche condensa elementos de las diferentes propuestas hechas desde las distintas identidades territoriales indígenas: afkenche, nagche, wenteche, nagche y puelmapu.
Y cada elemento tiene un significado especial para el pueblo originario.
"El azul representa la pureza del universo; el verde nuestra mapu, el Wallmapuche o territorio de asentamiento de nuestra nación. Y el rojo la fuerza, el poder, la sangre derramada por nuestros ancestros", explicó en una entrevista con el diario mapuche Azkintuwe el artista Jorge Weke.
En el centro se puede apreciar un kultrung, el tambor mapuche, decorado con el Meli Witran Mapu, la representación de la Tierra y sus cuatro puntos cardinales.
Tanto en el borde superior como inferior de la bandera se aprecia un guemil, una tradicional greca mapuche que representa el dominio tanto de la ciencia y el conocimiento, como de la manufactura y el arte de la transformación.
Y, según Weke, el color negro y blanco de estos guemiles "representan el equilibrio o la dualidad entre el día y la noche, la lluvia y el sol, lo tangible y lo intangible, etc.".
A todos esos significados se suman además los que se derivan de la historia de represión y resistencia de los indígenas mapuches.
"La Wenüfoye nació reprimida. Fue puesta fuera de la ley de inmediato por el gobierno de la Democracia Cristiana en 1992, cuando fue presentada aquel 6 de octubre en Temuco", recuerda Pairican.
"Como diría Weke, nació en medio de una 'batalla hostil, en donde se impuso la violencia para negar lo innegable: que somos un pueblo y que tenemos derechos políticos'", continúa el historiador.
Y por eso, para Pairican, es que "la Wenüfoye se ha convertido en el principal emblema del germen de una nueva sociedad que claramente nació y lucha por democratizar el escenario político, pidiéndole a esa clase política que se arrastra desde la década del 70 que se haga a un lado y permita avanzar a un Chile a lo menos plurinacional", concluye.
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