San José.— Sin plena reconciliación nacional y con nuevos discursos de odio, Chile arribará polarizado el próximo domingo al 50 aniversario del golpe de Estado que tumbó al gobierno constitucional del presidente socialista Salvador Allende, e instaló una dictadura militar que se prolongó por 17 años bajo el timón del general ultraderechista Augusto Pinochet Ugarte.
Pese a su consolidación democrática e institucional tras el final de la dictadura, el 11 de marzo de 1990, Chile siguió atrapado en los viejos polos opuestos de derecha e izquierda y entre Allende (1908-1973), fallido constructor de una estructura socialista estatista y de nacionalizaciones, y Pinochet (1915-2006), feroz defensor del anticomunismo en economía radical de mercado libre.
La polarización fue agudizada por dos hechos recientes que sacudieron a Chile.
Por un lado, la Corte Suprema de Justicia de Chile ratificó el 28 de agosto anterior un fallo del 3 de julio de 2018 por el que ocho militares chilenos fueron condenados a 15 años y un día de cárcel por secuestrar, el 12 de septiembre de 1973, y asesinar, el 16, a un personaje de la cultura chilena: Víctor Jara (1932-1973), comunista, músico, cantautor, escritor, director teatral, profesor y emblema artístico víctima de las Fuerzas Armadas.
Leer también: Chile: "A 50 años del golpe contra Allende, la sociedad chilena está congelada"
El 29 del mes pasado, cuando la policía chilena lo buscó para encarcelarlo por la sentencia definitiva e inapelable de la Corte, el brigadier del Ejército en retiro, Hernán Chacón Soto, se suicidó.
Por el otro, el veterano comunista Guillermo Teillier (1943-2023), exdiputado y experimentado luchador en la clandestinidad contra Augusto Pinochet, falleció el mismo 29 de causas naturales en Santiago y provocó un hondo pesar en el abanico de la izquierda de esa nación. Gabriel Boric Font, primer presidente izquierdista de Chile desde 1973, se metió en una polémica al decretar luto nacional por la muerte de Guillermo Teillier.
Al destacar que “quizás” nunca se sabrá por qué Chacón se quitó la vida, el abogado Cristián Valenzuela, del derechista Partido Republicano, principal fuerza política opositora chilena, fustigó a Boric por “contrastar la muerte de Teillier con el suicidio de Chacón”.
Tras recordar que Boric adujo que mientras Teillier “murió como un hombre digno, hay otros que mueren de manera cobarde para no enfrentar a la justicia”, Valenzuela acusó al gobernante de “actitud miserable, cobarde e hipócrita” que “refleja su profunda inhumanidad”
“¿Por qué [Boric] debía insultar la memoria de alguien que hace pocas horas había tomado una decisión tan dura, independiente de la culpabilidad o de los delitos que se cometieron hace 50 años? ¿Por qué no respetar el dolor de una esposa, hijos y nietos que, más allá de cualquier consideración, estaban desgarrados también por la violenta muerte de un familiar?”, alegó Valenzuela en un artículo en el diario La Tercera, de Chile.
De previo al 11 de septiembre, “una parte” de Boric insta “a la unidad, a la reconciliación y al entendimiento” de los chilenos, en un clima político “confuso y de alta crispación”, pero otra “se comporta como un desalmado, mostrando un desprecio absoluto por la muerte de una persona y desacreditando, una vez más, la impronta de la figura presidencial”, subrayó.
Boric pidió en julio a todas las fuerzas políticas firmar una declaración de compromiso con la democracia; la derecha y la ultraderecha no sólo se niegan, sino que ésta última, de la mano del candidato presidencial Javier Milei, reclamó un homenaje a las “víctimas del terrorismo de izquierda”.
Milei, ultraderechista, fue uno de los grandes impulsores de este homenaje a los cientos de asesinados por las guerrillas, obviando a las decenas de miles de desaparecidos de la dictadura. ONG acusan al partido Libertad Avanza, de Milei, de querer negar la realidad de la dictadura.
Pinochet gobernó a sangre y fuego durante 17 años, acusado de cometer atrocidades contra los derechos humanos, de saldar su periodo con más de 3 mil detenidos-desaparecidos a la fuerza y de gobernar hasta que en 1990 aceptó ceder para el paulatino retorno de Chile a la democracia. Allende emergió como ícono de la izquierda interamericana.
“El golpe de Estado no sólo derrocó la democracia, sino que dio inicio a una de las etapas más oscuras de nuestra historia nacional, caracterizada por el horror y la comisión sistemática de los crímenes más cruentos”, afirmó la abogada Camila Maturana, director de la (no estatal) Corporación Humanas Chile, centro regional de derechos humanos y justicia de género.
“Todavía las heridas permanecen abiertas y esto en gran medida tiene que ver con las deudas que están pendientes en verdad, justicia, memoria, reparación de las víctimas y garantías de no repetición”, dijo Maturana a EL UNIVERSAL.
“En la medida en que, incluyendo a todos los poderes del Estado y la sociedad en su conjunto, no seamos capaces de definir un compromiso político amplio y transversal en torno al nunca más, posiblemente estas heridas permanezcan abiertas por más tiempo”, alegó.
Al alertar que “en el marco de estos 50 años constatamos que todavía no existe con claridad un compromiso político amplio en torno al nunca más” o “no repetición” del periodo de Pinochet, insistió en que urge un acuerdo “que dé cuenta de que no hay nunca razones que puedan justificar el quiebre del sistema político democrático ni violar los derechos humanos”.
A consulta de este periódico, la abogada y política socialista Antonia Urrejola, canciller de Boric de marzo de 2022 a marzo de 2023, planteó que “la derecha que antaño hizo un esfuerzo por reconocer las graves violaciones a los derechos humanos y la responsabilidad de civiles [en esos hechos], hoy día no está con ese discurso y eso es un retroceso”.
Al rechazar que “se compare el golpe de Estado con el estallido social” que golpeó a Chile con protestas callejeras antigubernamentales en 2019, argumentó que “se pierden las proporciones del debate político. Es muy triste la verdad. Lo veo muy difícil que logremos superar estas divisiones. Claramente hemos tenido un retroceso”.