Cheyenne, Wyoming.— La congresista de Wyoming Liz Cheney, líder de la resistencia republicana contra el expresidente Donald Trump, luchó ayer para salvar su escaño en la Cámara de Representantes.
El equipo de Cheney se preparaba para una derrota en eleciones primarias ante Harriet Hageman, apoyada por Trump, en el estado que ganó con mayor margen en los comicios de 2020.
Cheney, de 56 años, ha sido como una piedra en el zapato de Trump desde que se unió al comité de la Cámara que investiga el rol del expresidente en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. “Nos gusta Trump. Trató de acusar a Trump”, dijo el votante Chester Barkell. “No confío en Liz Cheney”. Los aliados de Cheney luchaban por no perder la esperanza en las horas previas al cierre de las urnas. Un sondeo reciente de la Universidad de Wyoming daba una ventaja de casi 30 puntos a Hageman.
Las contiendas de ayer en Wyoming y Alaska ofrecen una de las pruebas finales para Trump y su política de línea dura antes de las elecciones generales de noviembre.
El expresidente estadounidense ha dominado en gran medida la lucha para dar forma al Partido Republicano a su imagen, al ayudar a instalar candidatos afines en comicios clave en Arizona, Georgia y Pennsylvania.
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