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Los "chalecos amarillos" conmemoraron este domingo en París con una manifestación poco nutrida que se desarrolló sin incidentes los tres meses del inicio de este movimiento de protesta dirigido en particular contra las políticas del presidente francés, Emmanuel Macron.
Unas mil 500 personas, según las primeras estimaciones de la Prefectura de Policía, participaron en esta marcha,que partió de los alrededores del Arco de Triunfo después de las 13:00 hora local (12:00 GMT) y que acabó dispersándose tres horas después al llegar a su punto de destino en el Campo de Marte, a los pies de la Torre Eiffel.
Uno de los pocos hechos destacables durante el desfile fue la expulsión por una parte de los participantes de una de las cabezas visibles del movimiento, Ingrid Levavasseur, que hace unas semanas había anunciado que encabezaría una lista a las elecciones europeas del próximo mayo, pero que finalmente ha renunciado por las amenazas que ha recibido y por las discrepancias internas.
Levavasseur (31 años) fue forzada por algunos manifestantes a salir del cortejo en medio de silbidos y de descalificaciones. La trataron de "vendida", "corrompida" o "macronista" y le exigieron que se quitara el chaleco amarillo.
En paralelo a esta marcha, una concentración de "chalecos amarillos" se desarrollaba en la plaza de la República desde primera hora de la tarde, con la presencia inicialmente de poco más de un centenar de personas.
El sábado, como viene ocurriendo de forma ininterrumpida desde la primera convocatoria el 17 de noviembre, varias decenas de miles de "chalecos amarillos" salieron a la calle en la capital y en otras ciudades de Francia, y una vez más se produjeron altercados con las fuerzas del orden, aunque de poca gravedad.
Su número, en cualquier caso, menguó como venía ocurriendo en las últimas semanas. Según el Ministerio del Interior, fueron 41 mil 500 personas (5 mil en París) frente a las 51 mil 400 contabilizadas el 9 de febrero.
Los organizadores, por su parte, dijeron haber reunido a 101.379 personas este sábado en todo el país, aún así menos que los 118 mil 200 que habían estimado una semana antes.
En el primer acto de movilización, el pasado 17 de noviembre, el Ministerio del Interior calculó que habían salido a la calle casi 290 mil personas.
En paralelo con lo que ocurre en la calle, dos sondeos publicados esta semana han puesto en evidencia que la opinión pública ha basculado y que son ya más los franceses que consideran que las manifestaciones tendrían que acabar.
De acuerdo con el instituto Ifop en un estudio publicado este domingo por "Le Journal du Dimanche", un 52 % de las personas encuestadas quieren que se ponga fin a las protestas, frente al 38 % que estiman que deben continuar.
lsm