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Quedó registrado como uno de los momentos más desgarradores de una crisis migratoria sin precedentes en las costas españolas.
Más de 8.000 inmigrantes irregulares, entre ellos 1.500 menores, llegaron entre el lunes y martes al enclave español de Ceuta desde el país vecino, Marruecos.
Se trata de una cifra récord que va mucho más allá de las estadísticas.
Las imágenes mostraban a jóvenes que llegaban nadando a la playa del Tarajal de Ceuta.
Allí, los esperaban agentes de seguridad españoles y voluntarios de la Cruz Roja.
En medio de un momento caótico, se podía ver que uno de los inmigrantes estaba desesperado, lloraba inconsolablemente.
Un militar y una joven de la organización de ayuda humanitaria lo trataban de calmar. Pero minutos después fue ella quien asumió su cuidado, se lo llevó hacia unas piedras grandes, donde lo sentó y le empezó a dar agua.
Allí las cámaras captaron una foto que se ha vuelto icónica: el abrazo conmovedor entre el joven subsahariano y la voluntaria Luna Reyes.
"Estaba desesperado, el hecho de abrazarme era como su salvavidas para él", dijo Reyes en una entrevista con la cadena de televisión española RTVE.
Para la joven de 20 años, brindarle ayuda a los inmigrantes que llegan huyendo de sus países por diferentes razones es lo que "todo el mundo tendría que hacer".
"No echarles, sino escucharles, consolarles, darle manta, comida, agua y darle lo que necesitan".
"Una de las más jóvenes"
Isabel Brasero, portavoz de Cruz Roja Ceuta, le dijo a BBC Mundo que Reyes formaba parte del operativo que se había activado en la playa para ayudar a los inmigrantes que salían del agua, tras recorrer varios kilómetros.
"Esta persona venía llorando porque justo le acababan de decir que un amigo, con quien había hecho la travesía, había fallecido. Luego se enteró de que no había sido así".
"Ante tanta desolación, lo primero que hizo fue abrazar a la primera persona que se encontró, que en este caso era Luna", indica Brasero.
En ese tipo de operativos, la Cruz Roja brinda atención sanitaria y humanitaria "a cualquier persona que llega".
"Verificamos que no tenga dolencias que le estén afectando y, posteriormente, comenzamos con la ayuda humanitaria, que es darle agua, comida, proporcionarle ropa, mantas, todo lo que pueda cubrir sus necesidades básicas".
"Luna es una de las más jóvenes, ella comprende muy bien lo que estaba pasando, pues lleva tiempo haciendo este tipo de trabajo".
"Es muy emotivo porque, por más que nosotros estemos acostumbrados a que ese sea nuestro trabajo y a ver muchísimos dramas de diferentes características en todas las personas que atendemos a lo largo de los años, eso no quita que tengamos sentimientos".
Y es que las imágenes de televisión muestran cómo Reyes se afana por ayudar al inmigrante, lo abraza y lo acaricia. Él sentado sobre una roca, ella al frente de él, arrodillada.
"Es muy difícil que no empatices con la persona, es muy difícil que después de hacer una asistencia de ese tipo te vayas a tu casa, hagas clic y te desconectes. Eso es imposible", indica la vocera.
Pero además de esa fuerte carga emocional, cuando Reyes llegó a su casa se encontró con otra situación que también la afectó.
"Bastante abatida"
La imagen que empezó a circular por internet y los medios de comunicación atrajo tanto elogios como cuestionamientos.
Reyes se vio atacada hasta tal punto que tuvo que cerrar sus cuentas en las redes sociales.
"No llegamos a entender cómo por hacer el trabajo bien, sin además recibir nada a cambio porque es una voluntaria, le llegan críticas e insultos", indica Brasero.
"Vale que no se esté de acuerdo con ciertas formas de trabajar, pero no hay que llegar al insulto y al descalificativo personal".
"Las críticas vienen de muchísimas personas, que le dicen de todo. No es que sean grupos como tal, pero sí hay personas que piensan que lo que ha hecho Luna no está bien. Hay críticas de todo tipo, machistas, racistas".
"Se encuentra bastante abatida, triste, un sinfín de sentimientos porque después de que ella ha realizado su trabajo lo mejor que sabe, aportando esa dosis de humanidad que Cruz Roja lleva en sus genes, después de hacer todo ese trabajo con todo el corazón, recibe todas esas críticas, ya se imaginará, se encuentra bastante desolada".
El que una foto tan humana se haya convertido en un blanco de críticas es algo que "no se logra comprender".
"Yo entiendo y Cruz Roja entiende que pueden haber opiniones para todos los gustos, porque para eso existe la libre opinión, el libre pensamiento".
"Pero nos cuesta trabajo entenderlo porque la máxima de la Cruz Roja es aliviar el sufrimiento humano en cualquiera de sus formas y esta es una clara demostración de ello".
Sin embargo, Reyes también ha recibido una lluvia de mensajes, no sólo desde España sino de diferentes partes del mundo, en los que se expresa admiración, solidaridad y apoyo por su gesto y su labor.
"Agradecemos todo ese apoyo que estamos recibiendo, nos da mucha fuerza para seguir", indica Brasero.
"Cruz Roja siempre va a seguir trabajando sin distinción de raza, credo o signo político, bajo ningún concepto Cruz Roja va a dejar de ser humana o va a dejar de apoyar este tipo de actuaciones como la de Luna".
"Muchas otras Lunas"
Brasero indica que, aunque a lo mejor de ese día se hayan capturado pocas fotos "porque había que trabajar más que ponernos a eso, seguro que si nos hubiésemos dedicado a buscar imágenes de ese tipo, hubiéramos encontrado muchas otras Lunas en esa misma playa".
"Cualquier persona en la misma situación, que tenga un mínimo de compasión, de empatía, le hubiese pasado lo mismo".
Melilla y Ceuta son dos ciudades españolas situadas en el norte de África y que colindan con Marruecos y son bordeadas por el mar Mediterráneo. Son el único punto de entrada terrestre a la UE desde este continente.
Ello convierte a estas ciudades en el objetivo de miles de migrantes cada año, muchos movidos por razones económicas y otros que huyen de conflictos armados o persecuciones que anhelan obtener el estatus de refugiado.
Reyes está recibiendo ayuda psicológica por los mensajes negativos que ha recibido en las redes sociales.
"Uno no se espera o uno no concibe que después de hacer ese trabajo, llegues a tu casa y veas que en tus redes sociales te están criticando por lo que has hecho, cuando es una labor digna de elogio, cuando para nosotros forma parte del día a día y lo volveremos a hacer y Luna, cuando se recupere, lo seguirá haciendo".
Para este miércoles, aunque se seguían registrando llegadas, estas pasaron a ser puntuales, en grupos muy reducidos y más distanciados, ante el aumento de la presencia policial en el lado marroquí, con los accesos hacia Ceuta cerrados, y las constantes "rechazos en frontera" con las que se encontraron nada más pisar suelo español.
Muchos de los que consiguieron llegar, fueron devueltos a su países.
Brasero indica que no sabe dónde está el muchacho al que Reyes ayudó, "pero sabemos que está bien de salud".
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