San José.— Los datos generales dibujan un escenario turbio y las historias individuales describen un panorama tenebroso por la epidemia provocada por las múltiples modalidades de agresiones sexuales contra las mujeres en Centroamérica, a propósito de la celebración, mañana, del Día Internacional contra la Violencia de Género.
Dos costarricenses madres de tres niñas cayeron presas el pasado martes en esta capital, porque consintieron que un hombre grabara en video las violaciones sexuales de sus tres hijas. Para que no quedara ninguna duda, las progenitoras también aparecieron en los videos. Cifras de la Sección de Estadísticas del Departamento de Planificación del Poder Judicial de Costa Rica revelaron que 384 mil 112 medidas de protección a mujeres fueron solicitadas en este país del 1 de enero de 2010 al 31 de diciembre de 2017 por variadas formas de agresión doméstica. Datos del Observatorio de Violencia de Género contra las Mujeres cifran en 21 los feminicidios cometidos en esta nación este año.
En una redada que ejecutó en la madrugada del jueves anterior, la fiscalía general de El Salvador arrestó en ese país a 27 hombres acusados de presuntos abusos sexuales, 15 de ellos por violar y agredir sexualmente a menores de edad y 12 por violación sexual agravada e intento de homicidio. La Policía Nacional Civil de El Salvador reveló que mil 128 niñas y adolescentes fueron violadas ahí de enero a septiembre de 2018, con 71 más que en el mismo periodo del año pasado, y que mil 376 niñas fueron violadas sexualmente en 2017.
“Estrangulada”. Ese fue el dictamen preliminar de autoridades policiales de Honduras tras hallar el pasado martes el cadáver de una hondureña de 23 años en el occidental departamento (estado) de Ocotepeque. El novio de la joven fue acusado del asesinato. “Era un hombre controlador”, narró un pariente de la víctima. “La celaba todo el tiempo”, contó.
El Observatorio de la Violencia de la estatal Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) contabilizó que de 3 mil 866 homicidios ocurridos en ese país en 2017, 388 (el 10%) de las víctimas fueron mujeres.
En el primer semestre de 2017 hubo mil 249 mujeres que sufrieron violación sexual en ese país, de las que 60.63% tiene entre 10 y 19 años y 22.2% es menor de 10 años.
De 396 suicidios registrados en Honduras por el Observatorio, 90 —22%— fueron de mujeres. Más de 700 niñas con edades entre 10 y 14 años quedaron embarazadas en el país por violación sexual en 2016.
“Los delitos sexuales evaluados en 2017 acumularon un total de 3 mil 105 casos. Las mujeres sumaron 88.9% (2 mil 761) y los hombres 10.4% (324) de las agresiones. Respecto al grupo de edad, 58% de los abusos se dio en mujeres entre 10 y 19 años, disminuyendo notablemente su vulnerabilidad a partir de los 20 años”, precisó un informe del Observatorio.
La familia de una nicaragüense que comenzó a ser violada en 2010, con 13 años, en Nicaragua y quedó embarazada, clama por justicia en Nicaragua para castigar al violador, pero las autoridades judiciales y policiales se niegan a recibir el caso. La (no estatal) Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (FUNIDES) alertó que en 2015 se reportaron mil 600 niñas que quedaron embarazadas por una violación.
Una guatemalteca de 40 años fue asesinada a puñaladas por su ex esposo en septiembre de este año en el oriente de Guatemala. Su ex esposo entró subrepticia y sorpresivamente a la casa de la mujer y la atacó ininterrumpidamente con una arma punzocortante, hasta matarla.
El estatal Instituto Nacional de Ciencias Forenses de Guatemala sumó 2 mil 616 violaciones sexuales en esa nación en 2016, de los que 409 fueron contra niñas de 7 a 12 años y 230 a menores de seis.
Un recuento presentado en marzo de este año por agrupaciones no estatales feministas, religiosas y por la despenalización del aborto de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), advirtió que Centroamérica padece una enfermedad: el creciente número de embarazos de adolescentes, con una mayoría que son producto de violaciones sexuales y de torturas.