Bruselas.- Como si fuera una bola de nieve, el malestar crece entre una clase trabajadora que exige mejoras salariales ante un gobierno que se muestra inflexible .

Los reclamos tienen lugar , así como provienen de diversos sectores, como operadores de ambulancias, agentes aduaneros, paramédicos, repartidores de correo, trabajadores ferroviarios y de la construcción, recolectores de basura y cuidadores de cementerios.

Tan solo los trabajadores de la Network Rail y de otras 14 empresas operadoras de trenes de pasajeros han anunciado severas interrupciones al servicio, desde la víspera de Navidad hasta el 8 de enero.

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“En mis 25 años que llevo negociando acuerdos con empleadores, nunca he visto una abdicación de responsabilidad como la del primer ministro Rishi Sunak. Es hora de que intervenga y rompa el punto muerto”, afirma Sharon Graham , secretario general de Unite, el sindicato más grande del Reino Unido.

La asociación encabezada por Graham estima que en total se perderán más de 1 millón de horas de trabajo hábiles durante diciembre.

Se trata de la mayor interrupción a la productividad británica desde julio de 1989 y para muchos estudiosos, las acciones son un eco del histórico inverno de descontento que tuvo durante el traspaso de 1978 a 1979, periodo caracterizado por agitación económica generalizada y descontento político.

Aunque a diferencia del pasado, en la actualidad la gama de sectores afectados es más amplia y la crisis que impacta el coste de vida es más profunda, afirma Susan Milner, politóloga de la Universidad de Bath.

Por ejemplo, la huelga anunciada por el sindicato Real Colegio de Enfermería británico (RCN) es la primera que convoca en 106 años.

"Existe la posibilidad de expansión y (que los huelguistas) de que se encierren en sí mismos, algo que no hemos visto en mucho tiempo", detalló Milner.

Los expertos sostienen que al igual que en el invierno de 1978-79, se requieren cambios estructurales en el mercado laboral para superar las condiciones actuales.

“En lugar de abordar las quejas de las enfermeras, el primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, promete nuevas leyes "duras" para limitar las huelgas ¿Se está alejando el Reino Unido de la democracia?”, pregunta Human Rights Watch.

Culpan a la oposición y prevén endurecer las leyes de movilización

Downing Street vincula las acciones navideñas a la oposición, concretamente al partido laborista, y baraja la posibilidad de endurecer las leyes de movilización sindical para sofocar la rebelión invernal.

El gobierno analiza "todas las opciones" para minimizar los efectos de las huelgas del sector público, afirma Sunak.

“Aunque no es clara la forma que tomarán estas leyes, de promulgarse existe el riesgo de sumar a una lista de legislaciones destinadas a criminalizar el derecho de las personas a protestar”, advierte Yasmine Ahmed, Directora de la oficina de HRW en el Reino Unido.

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La Cámara de los Lores examina desde octubre un nuevo proyecto de Ley de Orden Público que impondría restricciones sin precedentes al derecho a protestar en Inglaterra y Gales.

“Las ramificaciones del proyecto de ley son escalofriantes y no tiene cabida en una democracia. El gobierno del Reino Unido critica a gobiernos autoritarios como China e Irán por su brutal represión a los manifestantes. Si el gobierno del Reino Unido quiere ser tomado en serio en el escenario mundial, debe practicar lo que predica”, asegura Ahmed.

El paciente más enfermo en Europa

El 23.1% de los trabajadores en el Reino Unido están afiliados a un sindicado, 6.4 millones en 2021. De ese universo, 3.9 millones trabajan en el sector público, de acuerdo con cifras gubernamentales.

El movimiento protagonizado por las enfermeras aspira en concreto a “rectificar los años de recortes salariales en términos reales” y que están obligando a profesionales a abandonar sus puestos; reclaman un incremento salarial que supere en 5% la inflación.

El Reino Unido es considerado el paciente más enfermo en Europa, al estar librando lo que podría considerarse la crisis de mayor impacto en el coste de vida en décadas.

La inflación está en índices no vistos en cuatro décadas, 10.7% en noviembre. El National Institute of Economic and Social Research espera que el pico inflacionario se alcance en enero para después descender, aunque se mantendrá en 5.7%, por encima de lo previsto por el Banco de Inglaterra.

Este pronóstico asume que las tensiones geopolíticas no se deterioran. Advierte que una escalada de la guerra en Ucrania que conduzca a un conflicto directo entre Rusia y la OTAN empeorará rápidamente el panorama de la inflación.

La instancia tampoco pinta un futuro alentador para las familias británicas. Proyecta que casi uno de cada cinco hogares tendrá escasos o nulos ahorros para abril de 2024; lo que elevará su vulnerabilidad frente al vertiginoso aumento de la energía, los alimentos y la hipoteca o el alquiler . Asegura que a pesar de las medidas de apoyo, “casi seis millones de hogares verán caer sus ahorros a niveles insignificantes”.

Los británicos tampoco escaparán de la recesión económica. La unidad de análisis financiero del banco holandés ING sostiene que “es inevitable” y pronostica una reducción del tamaño de la economía de aproximadamente 2% a lo largo de los próximos cuatro trimestres, concentrado la mayor caída en la primera mitad del año.

Debido a que el Brexit se materializó prácticamente en sincronía con la expansión del coronavirus, es difícil saber con precisión si Londres estaría mejor preparado para afrontar la crisis siendo miembro de la Unión Europea.

Lo que sí está claro, es que el desempeño económico hubiera sido distinto y el Gobierno hubiera actuado diferente. La última actualización del Centre for European Reform (CER ) sobre los impactos del Brexit estima que la salida del mercado único europeo redujo el PIB de Gran Bretaña en un 5.5% en el segundo trimestre de 2022.

El Brexit además condujo inevitablemente a un aumento de los impuestos, debido a que la falta de crecimiento requirió buscar en otro lado recursos para financiar servicios y ayudas públicas.

El analista del CER, John Springford , afirma que si no hubiera ocurrido el Brexit, la mayoría de las subidas de impuestos anunciadas en marzo por Rishi Sunak, entonces titular de Hacienda, no habrían sido necesarias.

Señala que si la economía del Reino Unido hubiera crecido en línea con la membresía europea, los ingresos fiscales de las arcas públicas habrían tenido adicionalmente en 40 mil millones de libras. Con los aumentos anunciados por Sunak se pretendía recaudar 46 mil millones.

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mahc/mcc

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