Lima.— El profesor Pedro Castillo continuó ayer liderando el recuento de votos de las elecciones presidenciales de Perú, que avanza lentamente sin verse afectado por la denuncia sin pruebas de supuesto “fraude sistemático” hecha por su rival Keiko Fujimori.
Al 96.7% de los votos contados, Castillo (izquierda) aventaja a Fujimori (derecha). El candidato del partido Perú Libre aglutina 50.31% de las preferencias frente a 49.68% de la hija y heredera política del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000).
Aunque se esperaba que el margen de error se estrechara a medida que se computaran los votos del extranjero, la ventaja del maestro de escuela rural es ahora de más de 107 mil votos sobre su rival, cuando horas antes era de 70 mil, según la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE).
Queda aún por computar 2% de los votos a nivel nacional, la mayoría de zonas rurales de difícil acceso que serán previsiblemente muy favorables a Castillo, como las andinas Cusco y Ayacucho (sur), y Amazonas (norte).
Durante la noche, los simpatizantes de Castillo estuvieron concentrados frente al local del partido a la expectativa de los avances de los resultados oficiales, especialmente después de que Fujimori saliera a denunciar un supuesto “fraude sistemático” cuando ve complicado poder alcanzar a su rival.
En línea con su líder, unos 200 manifestantes fujimoristas se congregaron la tarde del martes a protestar contra el “fraude” afuera de la sede de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) en Lima. “Queremos justicia, que se respete el voto de los ciudadanos peruanos”, dijo Ileana Chávez, quien alzaba una pancarta que decía “no al comunismo disfrazado”. La ONPE niega la posibilidad de fraudes, así como también la presidenta de la Asociación Civil Transparencia, Adriana Urrutia, que indicó al diario El Comercio: “No hay ninguna evidencia que nos permita hablar de fraude electoral”.
Mientras se alarga el suspenso, Castillo pidió en Twitter “estar atentos para defender la democracia que se expresa en cada uno de los votos, dentro y fuera de nuestro amado Perú”.
La denuncia de supuesto fraude no ha tenido gran recorrido frente a los informes preliminares de las misiones de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Interamericana de Organismos Electorales (Uniore), que destacaron el correcto y exitoso desarrollo de la jornada electoral del domingo.
El paraguayo Rubén Ramírez, jefe de la Misión de observación electoral de la OEA en Perú, felicitó a las autoridades electorales del país por la utilización de “mecanismos que abonan a la transparencia de los procesos electorales y dan certeza a la ciudadanía”.
Para mayor transparencia, el presidente del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) anunció en la emisora RPP que su organismo transmitirá por internet la evaluación de las actas electorales enviadas a observación, que constituyen una de las principales preocupaciones de Fujimori.
Congreso busca cambiar Constitución
El Congreso de Perú evaluará a partir de hoy una serie de proyectos de reforma constitucional, entre los cuales figuran la convocatoria a un referéndum para aprobar una Asamblea Constituyente y la posibilidad de retornar a la bicameralidad, en tres días consecutivos de pleno virtual.
Con esta polémica convocatoria, los diputados pretenden revisar y aprobar una batería de reformas constitucionales antes de que el sábado termine la legislatura (el periodo ordinario de sesiones) y el domingo arranque formalmente un nuevo periodo que se prolongará hasta el 16 de julio.
Al avanzar el recuento, ambos candidatos apenas se dejaron ver durante el día, recluidos en sus respectivas viviendas en la capital. Fujimori no salió de su domicilio en el acomodado distrito de Surco, mientras que Castillo sólo salió de la vivienda donde se aloja temporalmente en el popular distrito de Breña para acudir a una reunión en el Centro Cultural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Antes había recibido al excandidato presidencial por el partido Somos Perú Daniel Salaverry, quien anteriormente formó parte de las filas del fujimorismo y ahora es un acérrimo opositor a Keiko Fujimori, al punto que antes de las elecciones anunció su voto por Castillo.
En caso de ganar Fujimori, la hija del expresidente eludiría durante el tiempo de su mandato una acusación de más de 30 años de cárcel por presunto lavado de dinero en la financiación irregular de sus anteriores campañas electorales donde también se quedó a las puertas de la Presidencia, tanto en 2011 como en 2016. El nuevo presidente asumirá el 28 de julio, día en que Perú conmemora el bicentenario de su independencia.
*Con información de El Comercio. GDA