Lima.— El presidente de Perú, el izquierdista Pedro Castillo, invitó ayer a la oposición derechista a “conversar” sobre los temas “urgentes” del país, un día después de librarse de ser destituido por el Congreso.

“Yo hago un llamado para sentarnos a conversar y agendemos los temas más urgentes del país, como la educación”, declaró el mandatario, quien superó el lunes un juicio político de destitución, ocho meses después de llegar al poder. “En este cronograma que tengamos el gobierno central o los ministros a las regiones del país nos acompañen también los congresistas de cada una de las regiones”, añadió Castillo durante una visita a Puerto Bermúdez, un distrito selvático a orillas del río Pichis, a unos 450 kilómetros al noreste de Lima.

El lunes por la noche, Castillo se salvó en el Congreso cuando sólo 55 legisladores votaron a favor de su destitución, 54 en contra y 19 se abstuvieron, tras un áspero debate de más de ocho horas. Se requerían 87 votos para ser aprobada la moción.

“Saludo que haya primado la sensatez, la responsabilidad y la democracia”, reaccionó minutos después Castillo en su cuenta de Twitter. La oposición radical acusaba a Castillo de falta de rumbo y permitir una presunta corrupción en su entorno. Además, le criticaban sus constantes crisis ministeriales que se traducen en cuatro gabinetes en ocho meses, algo inédito en Perú. Una potencial destitución de Castillo ronda en el aire desde su elección en 2021, cuando sus rivales denunciaron “fraude” a pesar del aval a su victoria de la OEA, la Unión Europea y Estados Unidos.

Pero las turbulencias parecen estar aún lejos de cesar, puesto que en el ojo del huracán está ahora una investigación fiscal en la que están implicados exfuncionarios del gobierno de Castillo y sobrinos presuntamente involucrados en una supuesta red de corrupción enquistada en el seno del Ministerio de Transportes y Comunicaciones.

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