Miami.— Los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación acaban de lograr en Estados Unidos dos cosas que muy rara vez se ven: un acuerdo bipartidista, casi unánime, entre republicanos y demócratas, en un poderoso comité del Congreso y la apertura de una nueva vía por la que podrían buscar que las fuerzas del Tío Sam traten de llegar a sus guaridas para aniquilarlos.
El 16 de mayo, el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes votó a favor de un proyecto de ley para considerar legalmente al fentanilo como un arma química.
“Aunque sólo es el principio y aún faltaría tiempo para conocer el destino de esta propuesta [tiene que pasar al pleno. Si es avalada pasaría al Senado y de ser aprobada en ambas cámaras estaría pendiente que el presidente Joe Biden la promulgue], de ser aprobada cambiaría por completo la visión del fentanilo, de sus consecuencias y especialmente de la reacción legal internacional contra los responsables de su distribución y uso”, dice a EL UNIVERSAL el abogado y analista experto en seguridad Jaime Ortiz.
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El congresista republicano Michael McCaul, presidente del Comité de Asuntos Exteriores, señaló que EU se enfrenta a una auténtica epidemia de fentanilo y aseguró que está llegando desde México.
“Pensando en las consecuencias legales”, una ley así significaría que los cárteles de la droga y sus cómplices, en cualquier parte del mundo, “podrían ser acusados de asesinatos de lesa humanidad y de terrorismo; eso les abriría el camino para que fuerzas especiales [estadounidenses] vayan a buscarlos en cualquier lugar donde se encuentren”. A diferencia de la iniciativa para designar terroristas a los cárteles y permitir a las fuerzas de EU combatir a los cárteles en suelo mexicano, que genera el rechazo demócrata, esta iniciativa para elevar el fentanilo al rango de arma química tiene apoyo bipartidista.
De acuerdo con el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, tan sólo en el año fiscal 2021, el fentanilo mató a 70 mil estadounidenses. Los cárteles mexicanos, alertó Ortiz, “han aprendido a alterar los componentes químicos de otro tipo de precursores, logrando los mismos resultados para la fabricación de fentanilo. Así que cuando no les llegan sus pedidos desde China improvisan con los suyos”.
Pero el analista advierte que este problema tiene dos caras: la oferta y la demanda. “Sin duda la producción y tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos debe combatirse, detenerse”, señala. “Pero también, sin duda, el gobierno federal y los gobiernos estatales de este país deberían desarrollar y promover constantemente campañas contra el consumo de drogas, contra todas las drogas”.
El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas ha sido muy claro respecto al uso de armas químicas en los acuerdos internacionales de 1975 y 1997. En noviembre de 2022, el Consejo de Seguridad de la ONU volvió a subrayar que “el uso de armas químicas es una violación al derecho internacional y condena en los términos más enérgicos su uso” y ha dejado muy en claro cómo actuar. “El uso de armas químicas en cualquier lugar, en cualquier momento, bajo cualquier circunstancia, es inaceptable y representa una amenaza para la paz y la seguridad internacionales. Este Consejo de Seguridad cree firmemente que los responsables del uso de armas químicas deben rendir cuentas”. Actualmente la prohibición y consecuencias del uso de armas químicas se establece en la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas.
Hay un detalle, señala Ortiz. “Si debiese haber una declaración formal de guerra entre dos o más de las partes para poder aplicar la premisa de ir a buscarlos en cualquier lugar donde se encuentren. En el caso de estos dos cárteles, están en territorio mexicano, pero Estados Unidos no está en guerra contra México. La otra posibilidad es que esta ley [de ser aprobada] en automático declare a estos cárteles como terroristas y eso habilite al presidente de EU para ordenar los esfuerzos necesarios que los lleven a acabar con ellos, sin importar dónde se encuentren”.
El congresista McCaul anunció al término de esa audiencia que viajará próximamente a los puertos de Manzanillo, en Colima, y de Lázaro Cárdenas, en Michoacán, a donde podrían estar llegando los precursores para fentanilo, procedentes de China.
Quizá el único antecedente a esta propuesta de ley bipartidista para ir tras los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación fue cuando uno de los grupos más conservadores cercanos al expresidente Donald Trump pidió que de manera formal se le hiciera una declaración de guerra a los cárteles de la droga mexicanos. La petición no prosperó.
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