Un día después de su rocambolesca y breve reaparición en Barcelona, el independentista Carles Puigdemont se encuentra este viernes fuera de España viajando hacia Bélgica, según su entorno, una fuga que suscita críticas sobre el dispositivo desplegado para detenerlo.
"Vuelve hacia Waterloo", declaró a la radio catalana Rac1 Jordi Turull, secretario general del partido de Puigdemont Juntos por Cataluña (JxCAT), en referencia a la localidad belga cercana a Bruselas donde el líder independentista ha pasado la mayor parte de los siete años que ha estado en el extranjero evadiendo a la justicia.
"Yo no descarto que este señor todavía esté en Barcelona", afirmó no obstante Eduard Sallent, comisario jefe de los Mossos d'Esquadra, la policía catalana, "hasta que no tengamos evidencias de que está fuera de las competencias del cuerpo (...), seguiremos buscándolo", dijo en rueda de prensa.
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El abogado de Puigdemont, Gonzalo Boye, señaló a Rac1 que su defendido "se encuentra fuera del Estado" español y que "hoy o mañana" debería dar declaraciones.
Sobre el expresidente catalán, buscado por la justicia por su participación en la fallida secesión de la rica región española en 2017, sigue pesando una orden de detención, a pesar de la ley de amnistía impulsada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a cambio del apoyo de JxCAT a su ejecutivo.
Figura clave del separatismo catalán, Puigdemont reapareció el jueves antes miles de seguidores en Barcelona, en un escenario dispuesto cerca del Parlamento regional, donde se preparaba la elección del nuevo presidente catalán, el socialista Salvador Illa.
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Pero Puigdemont estaba en la capital catalana desde el martes, según Turull.
Tras dar un breve discurso, Puigdemont desapareció, pese al amplio dispositivo de seguridad desplegado para detenerlo.
Esta nueva evasión provoca desde el jueves una avalancha de críticas sobre el dispositivo para capturar a Puigdemont, que había anunciado su regreso con anticipación.
En la mira está sobre todo la policía catalana, cuya actuación ya fue puesta en cuestión durante la crisis de 2017.
Dos agentes fueron detenidos el jueves bajos sospecha de haber colaborado con la huida de Puigdemont.
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El viernes, el juez del Tribunal Supremo español que lleva la causa contra Puigdemont pidió explicaciones al Ministerio del Interior y a los Mossos por el "fracaso".
La policía catalana buscó defenderse este viernes.
"Quiero dejar muy claro que en ningún momento se negocia la detención del señor Carles Puigdemont, nosotros no hemos negociado ni acordado nada", subrayó Eduard Sallent, quien aseguró que todo estaba preparado para detener al líder catalán cuando se acercara al Parlamento, a donde nunca fue.
"Los hechos suceden muy rápidamente", relató el comisario jefe, quien recordó que Puigdemont estuvo en todo momento "acompañado de una masa de personas y de autoridades" catalanas para "dificultar la idoneidad de la intervención" de la policía.
Puigdemont salió huyendo en un coche al que los Mossos perdieron de vista rápidamente. Inmediatamente después, la policía dispuso una serie de retenes en Barcelona y otros puntos de Cataluña, sin éxito.
"Habíamos diseñado un dispositivo en el que el señor Puigdemont tuviese la voluntad de participar realmente en el pleno de investidura" en el Parlamento, "un hecho que a la luz tanto de la investigación, como de los hechos, queda claramente descartado", agregó Sallent.
Los Mossos "no estaban preparados o no preveían un comportamiento tan impropio" por parte de Puigdemont, criticó de su lado el encargado de Interior del gobierno catalán, Joan Ignasi Elena.
A nivel nacional, la fuga de Puigdemont provocó la ira de la oposición de derecha y extrema derecha, que fustigó al Gobierno del socialista Pedro Sánchez.
"Lo de ayer es incalificable y no puede quedar impune. (...) Ante esta farsa, el Gobierno no puede seguir de vacaciones riéndose de los españoles", escribió en X Alberto Núñez Feijóo, el líder del conservador Partido Popular, principal formación de oposición, quien pidió la dimisión de, entre otros, el ministro del Interior.
sg