Un colaborador cercano del Papa Francisco provocó la ira del ministro de Interior antiinmigración de Italia, Matteo Salvini, al bajar por una alcantarilla para restablecer los problemas de electricidad de cientos de personas sin hogar que viven en un edificio ocupado en Roma.
El cardenal Konrad Krajewski , de 55 años, rompió el sábado por la noche el cordón policial de un edificio estatal en desuso para acceder al lugar y reactivar los interruptores.
A ojos de algunos, el religioso se erigió como una suerte de héroe cuando la noticia se viralizó el lunes por la mañana. El periódico de izquierda italiano La Repubblica publicó un titular en el que lo llamaba "El Robin Hood del Papa" y lo alababa por hacer lo correcto dadas las circunstancias.
"¿Qué puedo decir? Era una situación particularmente desesperada. Repito: asumo toda la responsabilidad. Si llega una multa, la pagaré", dijo Krajewski en una entrevista publicada el lunes en el periódico Corriere della Sera.
El edificio está ocupado desde 2013 por migrantes e italianos que han perdido sus hogares. El inmueble alberga a unas 450 personas, entre ellas unos 100 niños, y llevaba sin electricidad desde el 6 de mayo porque no se habían pagado unos 300 mil euros en facturas.
"Defender la ilegalidad nunca es una buena señal",
dijo a periodistas el lunes Salvini, quien a menudo se enfrenta con el Papa por la migración y otros temas sociales.
"Hay muchos italianos e incluso inmigrantes legales que pagan sus cuentas, aunque sea con dificultad. La gente puede hacer lo que quiera, pero como ministro del interior, debo velar por el cumplimiento de la ley", agregó.
Krajewski, que recorre Roma en bicicleta, dijo que a partir de ahora pagará las facturas de electricidad del edificio, pero que para él, el problema va más allá del dinero.
"Hay niños allí. Lo primero que hay que preguntarse es por qué están allí. ¿Cuál es la razón? ¿Cómo es posible que las familias se encuentren en esta situación?", dijo el religioso al Corriere della Sera.
lsm