San José.- El defensor del pueblo hondureño advirtió este martes que las instituciones estatales de México, Honduras, Guatemala y El Salvador "fueron rebasadas en sus instalaciones y capacidades humanas" por las caravanas de migrantes centroamericanos que viajan a pie y sin visa por territorio mexicano hacia Estados Unidos.
El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos de Honduras (CONADEH) emitió este martes, en Tegucigalpa, un informe sobre las marchas que se iniciaron el pasado 13 de octubre y que provocaron una de las más graves crisis migratorias regionales del Siglo XXI.
"Dada la magnitud y características de la corriente migratoria centroamericana, las instituciones del Estado de Honduras, El Salvador, Guatemala y México fueron rebasadas en sus instalaciones y capacidades humanas", precisó el hondureño Roberto Herrera Cáceres, jerarca del Comisionado, en un documento del que EL UNIVERSAL tiene copia.
Esas instalaciones y capacidades estuvieron "habitualmente asignadas para verificar la regularidad del movimiento migratorio de personas individuales y grupos pequeños de migrantes, recibir y tramitar solicitudes de asilo, atender necesidades humanitarias de migrantes individuales, en su paso por diferentes departamentos o Estados de tránsito", añadió, sin entrar en detalles.
"Lo anterior se agravó, aún más por la advertencia de la administración de los Estados Unidos de América de suspender la cooperación internacional a los países de origen y de tránsito en caso de que esa corriente de migrantes no fuese interrumpida y prevenida la formación de otras", recordó Herrera.
"Ello parece haber inducido a los gobiernos, de los países del Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador), a cumplir parcialmente sus responsabilidades de protección de las personas migrantes", alertó.
El ombudsman de Honduras insistió en que "el fenómeno migratorio masivo, en caravana hacia el norte de América, de alrededor de siete mil hondureños que integraron inicialmente el flujo de migrantes y que se amplió, durante la ruta de tránsito, al realizarse una segunda caminata o caravana y al incorporarse migrantes de otros países: es un acontecimiento excepcional e inesperado, en América".
"Ese fenómeno migratorio masivo es mixto y complejo. De ser inicialmente un grupo exclusivamente hondureño que, en su casi totalidad, se juntó para hacer su migración forzada: con posterioridad se amplió y conformó como un grupo centroamericano de migrantes forzados de Honduras, El Salvador, Guatemala y Nicaragua", describió.
Tras la primera y mayoritaria expedición, que ya está en México y pretende avanzar hacia el norte pese a las amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de que impedirá su ingreso a suelo estadounidense, otras caminatas surgieron en Honduras y en El Salvador, con flujos engrosados en el trayecto por guatemaltecos y nicaragüenses.
Trump movilizó fuerzas militares a la frontera de EU con México para bloquear la eventual entrada de los viajeros, tras calificarlos de criminales y terroristas y en un escenario en el que ratificó su política de control y rechazo a los flujos migratorios irregulares que especialmente llegan a suelo estadounidense procedentes del Triángulo Norte y de México.
Luego de cruzar en especial el paso migratorio de Ciudad Hidalgo, en el extremo sur del estado mexicano de Chiapas y limítrofe con la noroccidental ciudad guatemalteca de Tecún Umán, del departamento (estado) de San Marcos, las distintas caravanas fueron acogidas por ciudadanos, organizaciones y autoridades de México, con alimentos, medicinas, albergues y otros servicios, para poder continuar rumbo a EU.
Respeto
El comisionado Herrera aseguró que "la casi totalidad" de los migrantes de las caravanas "ha observado una actitud de respeto hacia las leyes y políticas migratorias de los países de origen, tránsito y destino".
No obstante, reconoció que "un número muy reducido de personas de dudosa presencia optó por realizar y promover actos de violencia, los cuales no son compartidos por los migrantes que precisamente huyen de la violencia e inseguridad (proveniente principalmente del crimen organizado, incluyendo maras o pandillas, en sus municipios), y de la pobreza".
Según el jerarca del CONADEH, la miseria en Honduras "afecta a más del 65% de la población y que se agrava por el desempleo y otras condiciones indignas de vida".
"Las personas migrantes forzadas hondureñas son pobres y vulnerables incluyendo niñas y niños, mujeres, adolescentes, adultos mayores, personas con discapacidad y personas de la diversidad sexual, quienes proceden de diversos municipios de casi todos los puntos cardinales de Honduras", prosiguió, al reconfirmar que los migrantes forzados "viajan en grupos numerosos para mayor seguridad de su vida e integridad" por el riesgo del trayecto en México y en Guatemala.
Otro factor para trasladarse en caravanas con miles de viajeros es "el mayor impacto en su derecho de petición de protección internacional o de trabajo y menores gastos en su movilización irregular", puntualizó.
Las causas de la migración forzada son la pobreza, que "afecta su nivel básico de vida digna” con desempleo, alto costo de los artículos de la canasta básica, la desprotección del consumidor o usuario, el alza de tarifas de servicios públicos y la falta de calidad y asequibilidad a los mismos, refirió. Esos factores golpean “en particular” a las personas que viven en pobreza y en una “inseguridad derivada de la violencia en especial de pandillas y crimen organizado que se ensaña sobre los más pobres y socialmente vulnerables", indicó.
El jefe del CONADEH sentenció que "el actual inesperado ciclo migratorio masivo o el tradicional ciclo individualizado, mensual o anual de dimensiones igualmente significativas, no se contrarrestará si no se atiende eficazmente las causas estructurales que lo alimentan".
Destacó que deben asegurarse "progresivamente condiciones básicas de vida digna, liberando a los habitantes del temor y de la miseria dentro de sus comunidades municipales y en la comunidad nacional del Estado de origen".
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