San José. - Después de viajar desde anteanoche y ayer en la madrugada a pie, en vehículos de carga y livianos y en autobuses en dos rutas de Honduras a Guatemala, una de 113 kilómetros de distancia y otra de 275, las dos caravanas de unos mil 800 migrantes irregulares hondureños que pretenden llegar a Estados Unidos a pedir asilo, avanzaron hoy dentro de suelo guatemalteco rumbo a México.
Decididos a huir de Honduras por problemas socioeconómicos y de inseguridad y violencia, los migrantes prosiguieron su travesía pese a que el gobierno mexicano lanzó ayer reiterados y contundentes mensajes de advertencia de que, sin visas y demás documentación, les impedirá que entren a México procedentes de Guatemala para que prosigan viaje hacia EU.
“A pesar de la alerta de México, los migrantes van decididos a pasar”, relató el guatemalteco Samuel Vásquez, miembro de la (no estatal) Red Migrante Guatemalteca, desde la ciudad de Santa Elena de la Cruz, cabecera del norteño departamento (estado) guatemalteco de Petén, que es fronterizo al oeste con territorio mexicano. La Red tiene su base en EU.
La primera expedición, que salió aproximadamente con unas 300 personas a las 22:00 horas (mismo tiempo del centro de México) del martes de una terminal de autobuses de San Pedro Sula, capital del norteño departamento (estado) hondureño de Cortés, arribó en partes a Santa Elena de la Cruz.
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Un grupo de migrantes irregulares hondureños se hincó para orar hoy en la mañana en Santa Elena de la Cruz, en el norteño departamento guatemalteco de Petén, antes de emprender viaje en autobuses hacia México. Foto: Samuel Vásquez
El grupo se dirigió al puesto fronterizo de Corinto, en Cortés, rompió ayer cerca del mediodía un retén cerco policial e ingresó a la estación migratoria y aduanal limítrofe de Entre Ríos, en el nororiental departamento guatemalteco de Izabal, y completó el recorrido de 113 kilómetros a pie o gratis en diversos medios de transporte, para adentrarse en Guatemala.
Los primeros 100 llegaron anoche cerca de las 23:30 a Santa Elena de la Cruz, informó el guatemalteco Darinel Mas, coordinado de la Casa del Migrante Betania, una organización católica adscrita al Vicariato Apostólico del Petén y que se dedica a auxiliar con alimentos y otros servicios a los migrantes.
Los restantes ingresaron a esa institución hoy aproximadamente a las 7:00 horas, también recibieron las atenciones básicas y prosiguieron el viaje en autobuses aproximadamente a las 8:45, narró Mas, consultado por teléfono por EL UNIVERSAL.
“Ellos van animados, a hacer el intento de entrar a México. Van creídos de que van a lograr pasar desde Guatemala”, explicó, al referirse a la decisión del gobierno mexicano de bloquear su avance hacia EU. Todos necesitan visa para entrar a México y a EU.
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Foto: Samuél Vázquez
Por su parte, Vásquez precisó que se dirigen hacia El Naranjo, que es el sitio de Petén donde están las casetillas migratorias y aduanales limítrofes de Guatemala, con el objetivo de entrar a México por el puesto fronterizo de Tenosique de Pino Suárez, en el suroriental estado mexicano de Tabasco.
“Van contentos, porque en la Casa del Migrante Betania fueron muy bien atendidos”, afirmó Vásquez.
La segunda, que emprendió el viaje de 275 kilómetros ayer a las 04:30 desde la misma terminal con unos mil 500 hondureños, se dirigió hacia la base migratoria y aduanal de Agua Caliente, en el suroccidental departamento hondureño de Ocotepeque. El grupo se instaló desde anoche en ese paso limítrofe para pasar a Esquipulas, posición migratoria y aduanal del centro—oriental departamento guatemalteco de Chiquimula.
La meta es penetrar a Guatemala para trasladarse a algún punto de los 965 kilómetros de longitud del límite de esa nación con México.
Sin cesar. A ambas caravanas, que son las primeras de 2020, aparentemente se unieron migrantes de otros países, como Guatemala y El Salvador, en un proceso incesante que continuó luego de que el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, informó ayer en rueda de prensa que México le garantizó que no dejará que pasen a EU.
Giammattei, quien asumió el martes anterior una gestión de cuatro años, reveló que en una reunión ayer en la mañana en la capital guatemalteca, el canciller de México, Marcelo Ebrard, “nos advirtió” que el gobierno mexicano “no los va a dejar pasar, que va a utilizar todo lo que esté en sus manos para impedir que pasen”.
México cumplirá el pacto que adoptó en junio de 2019 con EU para contener las corrientes migratorias irregulares principalmente de guatemaltecos, salvadoreños y hondureños que intentan llegar a suelo estadounidense.
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El acuerdo se logró luego de que la Casa Blanca desistió ese mes de una amenaza que lanzó en mayo de 2019, de imponer aranceles a las exportaciones mexicanas si México seguía facilitando el paso de migrantes ilegales a EU, después de que, a cambio, el presidente Andrés Manuel López Obrador aceptó desplegar a la Guardia Nacional para detenerlos.
Aunque hubo varias marchas previas en 2018, la que desató la oleada de flujos similares salió el 13 de octubre de ese año de la misma terminal de autobuses de San Pedro Sula en la que comenzaron las dos de 2020 y que son la continuidad de las numerosas que se registraron en 2019 al surgir en las principales fuentes de esa movilización: Guatemala, Honduras y El Salvador.
El gobierno de Honduras reiteró ayer en un mensaje a los hondureños que son actividades convocadas por criminales para estafar a los migrantes.
Las caravanas, a las que también se incorporaron mexicanos, cubanos, haitianos, africanos y asiáticos en varias partes del trayecto, son un permanente desafío a la severa política antiinmigrante del presidente de EU, Donald Trump, que en 2019 acordó con México, Guatemala, El Salvador y Honduras reforzar la seguridad para contener la incesante corriente humana.