El primer vuelo programado para llevar a los solicitantes de asilo del Reino Unido a Ruanda el martes fue cancelado después de una batalla legal de último minuto.
Se esperaba que hasta siete personas fueran trasladadas al país del este de África.
Pero el vuelo se canceló tras una intervención del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).
La ministra del Interior británica, Priti Patel, dijo que estaba "decepcionada", pero que no se dejaría disuadir. "La preparación para el próximo vuelo comienza ahora", añadió.
La aeronave debía salir a las 22:30 (hora británica) de un aeropuerto militar en Wiltshire. Sin embargo, después de una serie de juicios en Estrasburgo y Londres, todos los pasajeros fueron retirados.
En un comunicado publicado horas antes de la salida prevista del vuelo, el TEDH informó que había concedido una "medida provisional urgente" en el caso de un hombre iraquí, conocido sólo como "KN".
Indicó que tales solicitudes solo se concedían de manera "excepcional, cuando los solicitantes enfrentarían un riesgo real de daño irreversible".
La decisión contradice un fallo de los jueces de Londres, quienes no encontraron ningún riesgo inmediato para los enviados a Ruanda.
El TEDH supervisa una serie de leyes de derechos humanos de las que el Reino Unido es signatario junto con otras naciones. Es independiente de la Unión Europea, de la que Reino Unido ya no forma parte.
Análisis de Dominic Casciani, corresponsal de asuntos nacionales y legales de BBC
Tomó poco más de una hora para que todo el plan para enviar a los solicitantes de asilo a Ruanda el martes por la noche se derrumbara como un castillo de naipes, gracias a una serie de decisiones desencadenadas por un fallo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Los siete pasajeros con órdenes de abordar el Boeing 767 parecían haberse quedado sin opciones, pero el tribunal de Estrasburgo, que tiene la última palabra en cuestiones de derechos humanos, dictaminó que un demandante había planteado preocupaciones genuinas sobre el esquema y el hecho de que los jueces británicos aún no hubieran analizado adecuadamente las condiciones en Ruanda.
Esa decisión, en solo un caso, llevó a los hombres restantes a apelar, algunos ante jueces en Londres. En última instancia, todas las órdenes de traslado fueron desechadas.
Sin embargo, la política no está muerta. Lo que no sabemos en este momento es cómo decidirán finalmente los jueces cuando examinen toda la política de Ruanda el próximo mes.
Esta batalla entre ministros, abogados y ahora el Tribunal Europeo, apenas comienza.
El gobierno británico busca facilitar que el Reino Unido envíe refugiados a otros países para que se procese allí su solicitud de asilo.
Activistas destacan el impacto negativo en los derechos humanos de los refugiados, el costo del esquema y cuestionan que pueda lograr sus objetivos.
El controvertido programa forma parte de las nuevas y severas medidas del gobierno de Boris Johnson para reducir el número de migrantes que llegan al país en pequeñas embarcaciones por el Canal de la Mancha.
El nuevo programa ha sido criticado tanto por grupos humanitarios, que calificaron los planes de crueles, como por los partidos de oposición, que dicen que será "impracticable, poco ético e ineficaz".
La asociación con Ruanda es la pieza central de una extensa campaña política más amplia para hacer frente a lo que ha sido una humillación para los ministros que prometieron que el Brexit permitiría controlar las fronteras de Reino Unido, explicó Mark Easton, editor de asuntos nacionales de la BBC.
Un juez del Tribunal Superior del Reino Unido dictaminó el viernes que debería haber una revisión completa de la política de expulsión de Ruanda, pero que la ministra Patel actúa de manera legal si, mientras tanto, envia a algunos solicitantes de asilo a Ruanda.
Si se determina que la política es ilegal, algunas personas podrían ser devueltas a Reino Unido desde Ruanda.
Patel dijo que era "muy sorprendente" que el tribunal europeo interviniera "a pesar de los repetidos éxitos anteriores en los tribunales nacionales".
"Siempre he dicho que esta política no será fácil de cumplir y estoy decepcionada de que la impugnación legal y las reclamaciones de último minuto hayan significado que el vuelo de hoy no haya podido salir", dijo.
"Nuestro equipo legal está revisando cada decisión tomada en este vuelo y la preparación para el próximo vuelo comienza ya mismo", agregó.
Anteriormente, el primer ministro, Boris Johnson, dijo que no se desanimaría y que el gobierno siempre supo que sería un "proceso largo" con muchos desafíos legales.
Añadió que el gobierno podría tener que cambiar la ley.
El director ejecutivo del Consejo de Refugiados, Enver Solomon, dijo que el hecho de que el vuelo no pudiera despegar era "indicativo de la falta de humanidaddel plan".
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