La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) hizo un llamado para hacer frente a la crisis alimentaria y a mejorar el consumo de los alimentos en América Latina.
En el marco de la ceremonia internacional del Día Mundial de la Alimentación Lina Pohl, representante de la FAO en México, indicó a EL UNIVERSAL que el cambio climático y el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania ha dejado a la crisis alimentaria en el peor de los escenarios después de la pandemia por Covid-19.
“El panorama de la crisis alimentaria ha sido muy complicado, la pandemia que fue en términos de hambre una bomba atómica en el mundo dejó una escandalosa cifra de 835 millones de personas con hambre, de la cual ha sido muy complicado empezar a salir, la gente en pobreza extrema no tiene para alimentarse en América Latina y el Caribe, estamos hablando de que uno de cada 10 habitantes padecen inseguridad alimentaria”, comentó.
Lina Pohl detalló que pese a que en México se han reportado reducciones de hambre significativas, el reto que enfrenta sigue siendo muy grande para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de 2030.
“A partir del año pasado empezamos a ver disminuciones significativas en la inseguridad alimentaria de manera que soy positiva, creo que hemos empezado a dar el giro, todavía tenemos algunos elementos que realmente nos ponen el desafío muy grande. El primero y el más importante es el cambio climático, estamos viendo impactos en la agricultura muy fuertes con la disminución y disponibilidad del agua, mientras que la crisis de Ucrania y Rusia que parece tan lejana para nosotros en realidad es una crisis muy cercana ya que, aunque no dependemos directamente de ambos países, Rusia y Ucrania imponen los precios internacionales”, expresó.
Para Pohl, otro de los factores importantes a lidiar para hacer frente a la inseguridad alimentaria es la obtención de recursos, porque muchas personas en América Latina y el Caribe no tienen acceso a ello.
“La migración está generando presiones en los países, sobre todo presiones políticas; sin duda, hemos visto un mayor arribo de migrantes estos últimos años; sin embargo, el problema del hambre y de la seguridad alimentaria es un problema de acceso de recursos, sobre todo en México, que es complicado acceder a una alimentación nutritiva y saludable. El último informe de SOFI nos dice que AL y el Caribe es la región más cara del mundo para adquirir una dieta balanceada, lo cual contrasta con que es una región megadiversa en alimentos y, sin embargo, no tenemos acceso a esta alimentación. Yo creo no es sólo un problema de producción, por supuesto que hay que pensar en cómo producir mejor, pero también debemos ver la manera de tener mayor acceso a ello”, explicó.
Asimismo, advirtió que, de no tomar acciones contundentes por mitigar el desperdicio de alimentos y la sobreexplotación de aguas subterráneas, corremos el riesgo de tener daños irreversibles en los próximos cien años.
“El impacto va a ser muy fuerte en México, vamos a ver escasez de agua en todo el mundo conforme avanza el cambio climático. Veremos un aumento en el nivel del mar que va a provocar oleajes extremos en las temperaturas de los océanos, pérdida de muchas especies que ahora tenemos y que van a desaparecer, mientras que para el sector pesquero esta va a ser una práctica mucho más difícil. Y a esto se le añaden temas como la sobreexplotación del suelo, la contaminación de nuestras aguas superficiales y la pérdida de la biodiversidad de la degradación de los suelos”, afirmó.
En este sentido, señaló que es necesario el cuidado de las áreas verdes protegidas, “necesitamos proteger los bosques, la agricultura no tiene por qué extenderse, tiene que digitalizarse, tecnificarse y avanzar, pero no extenderse en su frontera agrícola. Creo que hay varias cosas que se pueden hacer, no sólo transformar la agricultura en sí misma, debemos también aumentar la capacidad en sus bosques en sus áreas naturales protegidas para generar mayor cantidad de agua, el planeta entero se tiene que dar cuenta, no tenemos más tiempo que perder”, agregó.
Finalmente, la también maestra en Ciencias Sociales por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) hizo un llamado a la ciudadanía a cambiar su manera de consumir y pidió comenzar a adaptarse a estos nuevos retos que enfrenta la humanidad.
“La ciudadanía tiene que consumir de manera diferente. Hasta ahora se desperdicia y se pierde 40% de lo que cosechamos. Como personas no nos imaginamos que, si estamos tirando un plátano a la basura, no estamos tirando sólo un plátano, estamos tirando litros de agua que se necesitaron para producirlo, además de que estamos tirando tierra que se necesitó para procrearlo. Aún nos queda un reto enorme, se necesita también una protección social de los sectores más vulnerables, un aumento del salario mínimo, mejorar las condiciones de trabajo de la gente, llevarlas a mejores ingresos, porque es la única forma en que realmente vas a poder tener poblaciones que puedan acceder a estos alimentos”.
Acerca del crimen organizado, consideró, sin abundar más en el tema, que es un factor que afecta a la crisis alimentaria.