Los Ángeles.— El gobernador de California, Gavin Newsom, declaró ayer emergencia en todo el estado debido a los incendios que se han extendido rápidamente como consecuencia de los fuertes vientos y han obligado a desalojar de forma obligatoria a mas de 180 mil personas.
El incendio de Kincade, en el condado norteño y vinícola de Sonoma, ha quemado más de 12 mil hectáreas hasta la fecha y destruido 79 estructuras; cientos más están bajo amenaza.
Las autoridades luchaban para que las columnas de fuego no arrasaran cerca de 32 mil viviendas y estructuras que estaban en peligro. La prioridad se concentra en salvar las ciudades de Healdsburg y Windsor en el condado de Sonoma, hacia donde las llamas se dirigen. La orden de las autoridades a las autoridades fue “váyase ahora”.
Varios hospitales de la zona han sido desalojados. Al menos 200 pacientes, incluyendo 20 en estado crítico, fueron enviados a hospitales del área de la Bahía de San Francisco.
La labor de los bomberos ha sido cuesta arriba ya que los fuertes vientos no han cesado en la región desde hace varios días. Por la mañana el Servicio Meteorológico Nacional (NWS) registró una ráfaga de 149 kilómetros por hora en ese sector. Sólo 10% del incendio está contenido.
Los esfuerzos de evacuación se han visto obstaculizados por la falta de energía, en la región más de un millón de clientes se mantienen sin energía.
La compañía eléctrica Pacific Gas & Electric (PG&E), decidió cortar el servicio a casi dos millones de sus clientes en el norte de California por el temor de que los cables derrumbados o fallas en el equipo eléctrico causaran más focos de fuego.
Las primeras investigaciones revelaron que el incendio Kincade se originó muy cerca de un equipo eléctrico de PG&E.
Desde ayer, señaló el gobierno regional, hay más de 3 mil miembros del personal local, estatal y federal, incluidos los socorristas, para asistir en labores relacionadas solo con el incendio de Kincade.
“Estamos utilizando todos los recursos disponibles y nos estamos coordinando con varias agencias en la respuesta a estos incendios”, señaló Newsom.
“Es fundamental que la gente atienda a las indicaciones de los funcionarios en las zonas de evacuación”, agregó.
En octubre de 2017, el incendio Tubbs arrasó con más de 15 mil 400 hectáreas en esta misma región, el siniestro que comenzó por la falla del sistema eléctrico dejó 22 muertos y más de 5 mil 600 estructuras destruidas.