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Madrid.- El robo millonario de varias botellas de vino de alta gama en un hotel-restaurante de Cáceres, llevado a cabo presuntamente por la Miss mexicana Priscila Lara Guevara, de 29 años, y su cómplice, el rumano Constantín Gabriel Dumitru, tuvo una planificación milimétrica y fue ejecutado sin el menor error. Ambos están perfectamente acoplados: él es el especialista; ella, la distractora que facilita la comisión del delito.
Tras un largo seguimiento internacional que se prolongó durante más de nueve meses y que desembocó en la detención de la pareja en la frontera entre Montenegro y Croacia tras su huida de España, el caso sigue abierto. Entre otros pendientes, la policía investiga si hay más personas implicadas en el golpe mientras trata de dar con el paradero de las 45 botellas de vino valoradas en una verdadera fortuna: un millón 648 mil 500 euros.
Lara Guevara, quien fuera Miss Earth Estado de México en 2016, y su compinche de 47 años, permanecen en Croacia detenidos a la espera de ser trasladados a España para enfrentar proceso judicial, lo que podría suceder en las próximas dos semanas, según las autoridades ibéricas.
La Miss mexicana, ataviada con peluca y lentes de sol y a quien la policía atribuye tareas de distracción explotando sobre todo su belleza, fue la primera en alojarse en el hotel-restaurante Atrio, antes de advertir a los empleados que esa misma noche cenaría con un acompañante. Al igual que suelen hacer muchos clientes, la pareja, que llevaba cubrebocas, visitó posteriormente la afamada bodega del local que cuenta con dos estrellas Michelin.
En la madrugada del 27 de octubre de 2021 pusieron en marcha el cronómetro, conscientes de que a esas horas había muy poco movimiento en el local. Mientras la mexicana distraía con sus encantos al recepcionista del hotel con la excusa de que le preparara algo de comer a pesar de que la cocina ya estaba cerrada, el rumano se desplazó hasta la bodega que se encuentra en el sótano para abrirla con una llave maestra. A continuación, metieron las 45 botellas seleccionadas en mochilas, envueltas en sábanas y toallas del hotel para que no se rompieran, y se dieron a la fuga sin dejar huellas. Fue al día siguiente cuando los empleados del restaurante se percataron del robo.
Más tarde se supo que la supuesta pareja de ladrones ya había comido unos días antes en Atrio y que incluso habían hecho una visita a la bodega, a fin de ultimar los detalles de la operación delictiva.
“Desde que ocurre el robo en octubre de 2021 empieza la investigación y no es sino hasta el pasado mes de enero cuando se les pone nombres y apellidos a los dos autores. Lo único que teníamos en un primer momento eran las cámaras de seguridad del recinto. Ella es la que se registra en el hotel con una carta de identidad falsa, suiza, que fue uno de los primeros hilos del que tiramos”, señala a EL UNIVERSAL el inspector y jefe de grupo de robos de la Policía Nacional de España, quien participó en el operativo y mantiene el anonimato por razones de seguridad.
La detención de la pareja, responsable de un golpe de película, no ha sido tarea fácil, ya que luego de abandonar España actuaron con mucha profesionalidad, utilizando documentación falsa y moviéndose continuamente por Europa, durante meses, siempre por tierra, procurando evitar los controles a pesar del rastreo conjunto de la policía española, Interpol y Europol.
“Una vez identificados los dos, supimos que residían en España, pero que habían abandonado el país días después del robo, por lo que les perdimos la pista. A partir de ahí todas nuestras gestiones se encaminaron a localizarlos, porque él tiene pasaporte rumano y holandés. A finales de enero él renueva su pasaporte rumano en Bucarest, acompañado de ella, que también ingresa en Rumanía. No volvimos a tener noticias de ellos hasta la semana pasada, cuando nos salta la alerta policial en un puesto fronterizo, primero entre Eslovenia y Croacia y después entre Montenegro y Croacia. Fue en este último paso, emitida la orden de detención europea por la autoridad judicial correspondiente, cuando la policía croata intervino”, detalla el agente de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV).
La policía española baraja la hipótesis de que se trate de un robo por encargo; pero la maneja con precaución, porque muy bien los ladrones pudieron actuar por iniciativa propia. En cualquier caso, dispondrían de canales de salida para colocar en el mercado las cotizadas botellas.
“Él ya tiene antecedentes por robar cosas de mucho valor. En concreto vino, por lo que es una persona que debe tener su canal de salida para estos efectos. Tiene un gran conocimiento del mundo del vino, porque ya ha sustraído en España y otros países europeos botellas con un valor de 20 mil o 30 mil euros. Sabe muy bien lo que roba”, asegura el inspector de la Policía Nacional.
“El papel de ella es el de distraer, ya que es una chica muy guapa. En el caso de Cáceres, entrada la madrugada, ella entretuvo al empleado de recepción mientras él aprovechaba para bajar a la bodega y cometer el delito”, precisa el inspector.
“Al día de hoy desconocemos el paradero de las botellas. Una gestión que tenemos que hacer es hablar con ellos para ver si quieren colaborar. Las posibilidades de salida de estos vinos son múltiples. Pueden estar en cualquier país del mundo, porque una vez que entran en el mercado negro pueden aparecer en el sitio más insospechado. Lo más probable es que la mayoría hayan sido ya vendidas. La esperanza que tenemos en obras de arte o productos de este tipo es que son efectos que no se van a consumir ni se van a destruir, por lo que la posibilidad de que se encuentren siempre va a estar ahí”, agrega el jefe policial.
El espectacular robo incluyó la sustracción de una botella de vino legendaria, un Château d’ Yquem de 1806, valorada en más de 300 mil euros.
La Miss mexicana y su cómplice rumano están imputados como presuntos autores materiales de un delito de robo con fuerza castigado con penas de entre uno y tres años de prisión, aunque en este caso la sanción puede agravarse por el alto valor de los objetos sustraídos, algunos de ellos históricos.
“Los dueños están de viaje y no conceden entrevistas. No podemos añadir mucho más a lo que ya ha dicho la policía. Nosotros también nos enteramos por la prensa de la detención de los ladrones. Lo que queremos es pasar página y, desde luego, que aparezcan las botellas sustraídas”, comenta por su parte una de las empleadas del restaurante-hotel de Cáceres (Extremadura), en el que se produjo uno de los robos más mediáticos de los últimos años.
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