Washington.— La Casa Blanca está activando una estrategia agresiva para potenciar la figura de Mike Pompeo, el actual director de la CIA y elegido para ser el nuevo secretario de Estado de EU. Sobre Pompeo pesa el mal presagio de que recibirá un inusual rechazo del comité de exteriores del Senado para su confirmación como jefe de la diplomacia, y su aprobación en el pleno de la Cámara Alta pende de un hilo.
Desde que el martes por la noche The Washington Post filtrara la visita de Pompeo a Corea del Norte para iniciar las charlas para una futura reunión entre Donald Trump y Kim Jong-un, los aplausos de republicanos y demócratas se han multiplicado. Ayer por la mañana, el presidente Trump confirmó a través de Twitter que la reunión se produjo y que se había entablado una relación “muy fluida”, realzando la importancia de su elegido para ser jefe diplomático y sus artes negociadoras con un rival como los norcoreanos.
La filtración del viaje y las buenas palabras parece que, de momento, no va a hacer cambiar las posiciones a favor y en contra, respectivamente, hacia el candidato.
“Mike Pompeo es extraordinario (…) será uno de los mejores secretarios de Estado”, le elogió Trump, instando a los senadores a que le den el apoyo necesario en el proceso de confirmación.
Toda la maquinaria de la administración Trump se puso también en marcha para tratar de aupar la figura de Pompeo y convencer a los legisladores que todavía están indecisos.
La estrategia es única: usar la reunión en Pyongyang como demostración de que es un “estadista” que difiere de la imagen de “halcón militar” que dibujan sus opositores.
“Nada subrayar mejor la importancia de tener un jefe diplomático en su cargo como un tiempo como el actual. Los demócratas tienen la oportunidad de dejar el politiqueo de lado, reconocer que la seguridad nacional es demasiado importante y confirmar a Mike Pompeo como estadista”, resumió en un tuit la portavoz presidencial, Sarah Sanders.
La estrategia, de momento, no está surgiendo efecto. La mayoría de los demócratas que apoyaron a Pompeo para ser director de la CIA, cargo que actualmente ostenta, anunciaron que cambiarán el sentido de su voto por la falta de confianza en su figura para un puesto de tanta responsabilidad.
“Creo que nuestro jefe diplomático tiene que ser honesto”, justificó el demócrata Bob Menéndez, jefe de la oposición demócrata en la Comisión de Relaciones Exteriores, al anunciar su “no”. Para el también demócrata Richard Blumenthal, Pompeo es “la persona equivocada” para dirigir la secretaría de Estado.
A pesar de las dificultades, el Partido Republicano se muestra convencido de que saldrán airosos del órdago. “No estoy preocupado, será confirmado la próxima semana”, aseguró el senador conservador Tom Cotton, en una llamada con periodistas organizada por la Casa Blanca.
El legislador advirtió a los demócratas que buscan la reelección en los comicios de noviembre y que son de regiones favorables a Trump de las “consecuencias” de no apoyar a Pompeo.
El jefe de la CIA, considerado un halcón en política internacional, fue recibido la semana pasada por la Comisión de Relaciones Exteriores.
Un conteo no oficial arroja un resultado desfavorable a Pompeo de 10 a nueve, luego que el senador republicano Rand Paul rompiera la solidaridad partidaria y votara contra Pompeo.