La anuló este viernes una normativa federal que prohíbe los "bump stocks", un dispositivo que aumenta la cadencia de los rifles semiautomáticos convirtiéndolos de hecho en ametralladoras.

El juez Clarence Thomas argumentó que una ley de 1986 define las ametralladoras como un arma que dispara más de un tiro “mediante una sola función del gatillo”.

Y, indicó, "con o sin bump stocks, un tirador debe soltar y restablecer el gatillo entre cada disparo”.

La jueza Sonia Sotomayor dijo que la opinión de la mayoría tendría “consecuencias mortales”, y agregó que el tribunal “paraliza los esfuerzos del gobierno para impedir que pistoleros como el tirador de Las Vegas utilicen ametralladoras”. También calificó el fallo de “miope” y evitó una “comprensión directa del estatuto”.

El telón de fondo de este asunto es una masacre cometida en Las Vegas el 1 de octubre de 2017, la peor en la historia moderna de Estados Unidos con un saldo de 58 muertos y más de 500 heridos.

La mayoría de los 22 rifles del autor de esta matanza estaban equipados con estas culatas extraíbles que le permitieron disparar a una velocidad de hasta nueve balas por segundo.

Después de la tragedia la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) se replanteó su posición sobre estos dispositivos.

En febrero de 2018, días después de una masacre en un instituto de Florida (sureste), en la que murieron 17 personas, la administración del entonces presidente republicano Donald Trump se comprometió a prohibir los "bump stocks".

En diciembre del mismo año, la ATF anunció que los consideraría como ametralladoras y ordenó a quienes poseyeran algunas que las destruyeran o entregaran a las autoridades en un plazo de 90 días.

"Michael Cargill, un veterano del ejército estadounidense y propietario de una armería en Austin, impugnó la prohibición después de que se vio obligado a entregar dos culatas. Argumentó que la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego se extralimitó cuando reclasificó las armas de choque como ametralladoras en 2017 después de llamados públicos para prohibir los dispositivos", reportó el The Washington Post.

Los rifles equipados con estos dispositivos pueden disparar entre 400 y 800 disparos por minuto, una velocidad cercana a la de las armas automáticas, indicó el Post. "Los tribunales federales de apelaciones estaban profundamente divididos sobre esa cuestión en cinco decisiones anteriores sobre la legalidad de la prohibición, antes de que la Corte Suprema aceptara la demanda de Cargill".

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