San Salvador.— Los salvadoreños quedaron a la espera de los resultados de las elecciones legislativas y municipales del domingo que podrían fortalecer al presidente Nayib Bukele, pese a las fuertes críticas por su forma de gobernar la nación centroamericana.

Los centros de votación cerraron a las 17:00 horas locales, pero horas después aún había gente haciendo fila en espera de emitir su sufragio.

El presidente Bukele insistió en su cuenta de Twitter que a esas personas se les tenía que permitir su derecho sufragar. “Los autoproclamados ‘defensores de la democracia' quieren impedir el derecho político más básico de la gente”, tuiteó el mandatario, aludiendo a sus adversarios. La Policía Nacional Civil “deberá garantizar el acceso de estas personas, de acuerdo a lo instruido” por las autoridades electorales.

Poco después de sufragar por la tarde Bukele también llamó a quienes no habían ejercido el sufragio a sumarse a lo que calificó como una “operación remate” para asegurar la victoria de su partido Nuevas Ideas.

“Yo le quiero llamar operación remate, el país ha decidido dejar la página de la postguerra, pero falta algo más. Hagamos ese triunfo avasallador”, afirmó Bukele en conferencia de prensa en la que habló de que hubo “irregularidades generalizadas, no intencionales y también intencionales”, aunque no entró en detalles.

Ante el llamado de Bukele, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) ordenó después el inicio de de un procedimiento administrativo sancionatorio contra el mandatario “por la presunta comisión de las infracciones electorales previstas en el Código Electoral”, al violar el “silencio electoral”.

Cifras preliminares indicaban un fuerte ausentismo en la jornada. Hasta las 3 de la tarde —dos horas ante del cierre— las autoridades electorales estimaban una participación del 36.5% de los 5.3 millones de ciudadanos que estaban facultados para votar. En las elecciones municipales y legislativas de 2018 la participación fue del 45.73%.

Aunque el nombre de Bukele no apareció en las boletas, la figura del líder de 39 años dominó en la campaña y todas las encuestas vaticinaban que su partido Nuevas Ideas obtendría en las urnas el control del Congreso de 84 escaños y la mayoría de las alcaldías.

Sus opositores han advertido que la democracia en el país centroamericano está en peligro por lo que consideran una forma autoritaria de gobernar del líder salvadoreño, en lo que coinciden analistas.

Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano, con sede en Washington, dijo que aunque Bukele es un presidente legítimo y democrático con un sólido respaldo mayoritario, “sus tendencias autoritarias... son motivo de gran preocupación”.

Depués de Nuevas Ideas, miu atrás, en las encuestas aparecía la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y el exguerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

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