San José.- Al político salvadoreño Nayib Armando Bukele Ortez se le conoce en El Salvador por su fulgurante carrera política: sin estudios universitarios y con un exitoso pasado empresarial, en 2012 ganó la alcaldía de Nueva Cuscatlán, municipio adyacente a la capital, y en 2015 obtuvo la de San Salvador, en una carrera hacia la presidencia de su país.

Pero a este político, de 36 años y casado en 2014 con la salvadoreña Gabriela Rodríguez, también se le identifica por una dudosa reputación que creció luego de que, como candidato presidencial, lanzó un sorpresivo ataque el sábado anterior en un mitin en el norte de El Salvador al presidente de México, Enrique Peña Nieto, al catalogarlo de “imbécil”.

Por eso y más es que este hombre ganó una cuestionada fama. En su historial están, entre otros, los casos por agredir a una mujer y clonar las ediciones digitales La Prensa Gráfica y El Diario de Hoy, que están entre los principales rotativos de El Salvador, e introducirles información falsa.

“Bruja”, le gritó Bukele a su compatriota Xochitl Marchelli Canales —síndica del gobernante y ex guerrillero e izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN)— en una sesión en septiembre de 2017 en la alcaldía capitalina en la que, dominado por la molestia, le lanzó una manzana. El alcalde recriminó que la síndica se negó a apoyarle en un plan urbano.

“Tomá, llevate la manzana para tu casa, bruja”, le exigió a su todavía compañera de partido. Tras el incidente, Bukele se vio obligado a crear un partido —Nuevas Ideas— para luchar en 2019 por ser presidente de El Salvador, ya que el FMLN lo expulsó en octubre de 2017 porque nunca le perdonó el ataque a Marchelli.

Bukele también atrapó el interés por otros hechos oscuros, como negocios familiares con recursos públicos, difamación, embargo por deudas, nepotismo, presunto financista de una red que clonó las páginas digitales de los diarios o comprar cuentas falsas para sus redes sociales de internet.

En el lío con los periódicos, una pericia informática oficial señaló en 2016 a Bukele como “autor intelectual y financista de los ciberataques”, como represalia por publicar que el estatal Tribunal de Ética de ese país le denunció por emplear a familiares suyos en la alcaldía. El político defendió la ética de su gestión y alegó que los trabajos fueron ejercidos sin pago de salarios.

Todos esos hechos son minimizados por este hombre que nació el 24 de julio de 1981 y que, con un aparente futuro en ruta a ganar la presidencia, fue lanzado por el FMLN con éxito en sus aspiraciones para las dos alcaldías.

Sin embargo, ahora ya es uno más de muchos políticos salvadoreños señalados por supuesta corrupción.

En su inesperado accionar, de pronto escogió a Peña Nieto como blanco de un discurso partidista y aseguró que el gobernante mexicano “básicamente es un imbécil” creado por los medios de comunicación.

Pese a la protesta que la Cancillería mexicana planteó el miércoles, al aducir que el ataque verbal está “fuera de lugar para alguien que aspira a gobernar en un país amigo de los mexicanos”, el alcalde respondió con una actitud fiel a su personalidad.

En su cuenta en Twitter, Bukele escribió el jueves: “A todos mis amigos mexicanos que me están invitando caguamas, tequila Don Julio, Patrón, tacos y me están ofreciendo hospedaje en sus casas. Si es en serio, me voy unos días a ese hermoso país y de paso les llevo unas pupusas [comida típica salvadoreña]. Por cierto, sigo pensando lo mismo de Peña Nieto”.

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