Por: Fernando Coimbra

Mucho se comenta, en las más variadas lenguas, que “Brasil está de vuelta”, pues reanudó su política exterior activa y pragmática. Desde enero, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva mantuvo conversaciones con homólogos de decenas de países, siendo uno de los primeros el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Volvimos plenamente a la CELAC, un foro que, en los difíciles años de la pandemia, fue presidido por México. Volvimos a tener como prioridad la diplomacia ambiental, con la organización, por primera vez en la Amazonia, de la COP-30, en Belém, en 2025, candidatura para la cual México brindó su valioso apoyo. Volvimos a actuar, también, en la diplomacia económica, pues asumiremos, en diciembre, la presidencia en turno del G20.

Más allá de esos compromisos regionales y globales, vivimos un momento especial de acercamiento entre Brasil y México. El encuentro entre nuestros cancilleres, que se llevó a cabo en abril en esta capital, dio inicio a una nueva etapa, basada en la afinidad de nuestros gobiernos en temas como la seguridad alimentaria, la erradicación de la pobreza y la lucha contra la desigualdad.

Decidimos retomar las negociaciones para ampliar las preferencias arancelarias y diversificar el comercio bilateral, que alcanzó el récord de USD 8.2 mil millones en el último semestre, ahora somos el sexto socio el uno del otro. Como ejemplo de los beneficios de la complementariedad económica, Brasil apoyó el exitoso plan de combate a la inflación de los precios de alimentos del presidente López Obrador, el PACIC, con más comercio de productos agrícolas.

Decidimos también poner énfasis en la cooperación académica, con programas de intercambio y la creación de la red de cátedras brasileñas en México. Lanzamos el Año Dual 2023-2024, una gran fiesta cultural con eventos en ambos países, incluso en el Instituto Guimarães Rosa, nuestro centro de cultura en Polanco, siempre abierto a todas y todos.

En ciencia y tecnología, tuvimos la primera edición del Día de la Innovación Brasil-México y del Programa de Incubación Cruzada para startups en las áreas de fintech, agritech y foodtech, con el apoyo del instituto IDEA, de Guanajuato.

Acordamos la creación del sistema recíproco de visas electrónicas, lo que facilitará la circulación segura de personas. Como sabemos, México es un destino muy apreciado por los turistas brasileños, al igual que Brasil es destino de más de 100 mil mexicanas y mexicanos cada año.

Brasil y México llegan a 2023 con un acervo de convergencias. Defendemos la diplomacia y los derechos humanos para alcanzar un orden internacional más justo y pacífico. Luchamos por el desarme y la no proliferación nuclear, a través del OPANAL y hemos estado juntos en el proceso que culminó en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Como países multirraciales, pluriculturales y megadiversos, somos indispensables en la lucha contra el cambio climático y en la construcción de un mundo más inclusivo y más armonioso.

Como dijo Alfonso García Robles, quien fue embajador en Brasil, “para todo aquel que se preocupe por el porvenir de América Latina y vea en ella un factor de potencial influencia decisiva para el mundo del mañana, resultará evidente la trascendencia que puede revestir una estrecha cooperación internacional entre México y Brasil”.

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