Río de Janeiro.— Miles de estudiantes y profesores salieron ayer nuevamente a las calles de las principales ciudades de Brasil para defender la educación pública, en la segunda jornada de protestas en menos de 15 días contra el bloqueo de fondos anunciado por el gobierno de Jair Bolsonaro.
Hasta la tarde, las manifestaciones de alumnos y maestros por los recortes presupuestarios se habían registrado en por lo menos 130 ciudades de 26 estados de Brasil, entre las cuales estaban Sao Paulo, Brasilia y Río de Janeiro.
“Estoy aquí por todos aquellos que son de la periferia y merecen tener el derecho a estudiar, de tener una educación pública de calidad”, dijo Kaio Duarte, un estudiante de Servicio Social de 21 años, que participó por la mañana en la marcha en Brasilia.
Esta es la segunda fecha, en menos de 15 días, que la población académica y estudiantil sale a las calles para protestar de manera conjunta contra los recortes anunciados a comienzos de mes por el gobierno federal para la educación pública.
El ultraderechista Bolsonaro, quien asumió la Presidencia el pasado 1 de enero, ha emprendido desde entonces una cruzada contra lo que considera “el marxismo cultural” en el área de la Educación, por lo que su gobierno autorizó duros recortes en los fondos destinados a las universidades y puso en marcha cambios en el sistema educativo.
Con base en la propuesta de “vencer el izquierdismo”, el Ministerio de Educación anunció, a comienzos de mayo, un recorte de 30 % del presupuesto destinado a las universidades del país, además de reducciones en los valores repasados a la educación básica.
“Estuve en la Cámara de Diputados en una audiencia pública la última semana para tratar de argumentar con el ministro de Educación contra los cortes, pero él rechaza oírnos. Entonces tendrá que entenderlo a través de las calles”, afirmó la presidenta de la Unión Nacional de Estudiantes (UNE), Marianna Dias, en un comunicado de la organización.
En respuesta a la medida de la gestión de Bolsonaro, manifestantes realizaron los primeros actos el pasado 15 de mayo en al menos 200 ciudades de los 27 estados brasileños, en la que fue considerada la mayor manifestación en contra del gobierno del ultraderechista, desde que llegó al poder en enero pasado. En general, las manifestaciones de este jueves se desarrollaron de forma pacífica, con excepción de las de Brasilia, donde se registró un incidente entre policías y manifestantes en la que las autoridades llegaron a utilizar gas pimienta, por la detención de un hombre que estaba enmascarado, algo que es prohibido en las concentraciones públicas.
Los actos de ayer fueron liderados por la Unión Nacional de los Estudiantes y contaron con el apoyo de sindicatos como la Central Única de Trabajadores (CUT), que se sumó a la convocatoria. Además de protestar por los bloqueos del presupuesto de gastos para la educación pública, los estudiantes y sindicatos también se manifestaron contra la reforma del sistema de pensiones y jubilaciones.
Antes, el ministro de Educación, Abraham Weintraub, dijo que el gobierno recibió denuncias por supuestos casos de profesores de entidades públicas que presionaron a sus alumnos para que participen en las manifestaciones en el país.