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LONDRES.- El exprimer ministro británico Boris Johnson este jueves rechazó insinuaciones de que su intención era permitir que el Covid-19 causara “estragos” en la población, al defender su manejo de la pandemia en el segundo día de declaraciones en una indagatoria pública sobre la crisis.
Johnson meneó la cabeza y respondió “no, no, no” al presentársele una serie de extractos del diario íntimo de su principal asesor científico, según los cuales prefería la rápida transmisión del virus para acrecentar la inmunidad de la población a imponer nuevas restricciones al pueblo británico.
El exjefe del gobierno, quien declara bajo juramento, dijo que solo instaba a los científicos a explicar por qué esa estrategia sería ineficaz en momentos que el gobierno debatía la conveniencia de imponer una segunda cuarentena nacional hacia fines de 2020, cuando aumentaban las tasas de contagio y las vacunas todavía no estaban disponibles. Johnson dijo que sus detractores deberían estudiar sus declaraciones públicas y medidas en lugar de “los apuntes de la gente en reuniones de las que he participado” al evaluar la respuesta del gobierno a la pandemia.
“Francamente, creo que no le hace justicia a lo que hicimos —nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, mis pensamientos, mis sentimientos— decir que aceptábamos las muertes en el país o que a mí me pareciera aceptable permitir que causara estragos”, dijo Johnson con desazón ante el interrogatorio del abogado principal de la indagatoria, Hugo Keith.
El gobierno de Johnson impuso una serie de medidas menos draconianas como el toque de queda a las 10 de la noche, aconsejar el trabajo desde casa y restricciones regionales en setiembre y octubre de 2020 hasta que finalmente decretó la segunda cuarentena nacional el 31 de octubre.
Johnson defiende sus esfuerzos para conciliar el impacto de salud y económico del Covid-19
Johnson defendió sus esfuerzos para equilibrar el impacto de salud y económico del Covid-19. Se le interrogó acerca del programa “come afuera para ayudar”, que apoyaba al sector de restaurantes mediante subsidios y las demoras en imponer la segunda cuarentena nacional cuando las tasas de contagio aumentaban hacia fines de 2020.
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Científicos influyentes han declarado que no participaron de las discusiones sobre el programa y que era evidente que elevaría los riesgos de contagio. Johnson dijo que no tenía motivos para cuestionar la iniciativa de los restaurantes.
“Debo enfatizar que en ese momento no me lo presentaron como algo que elevaría la tasa de riesgo”, aseveró.
Johnson hizo estas declaraciones tras semanas de testimonios de otros ministros, entre ellos el exsecretario de Salud, Matt Hancock, quienes dijeron que trataron de dar la voz de alarma dentro del gobierno. Hancock alegó que podrían haberse salvado miles de vidas al decretar un confinamiento unas semanas antes de la fecha en la que se hizo, el 23 de marzo de 2020.
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El Reino Unido tuvo uno de los confinamientos más largos y estrictos de Europa, además de una de las tasas de mortalidad por coronavirus más elevadas del continente, con el Covid-19 como causa de la muerte de más de 232 mil personas.
La investigación busca descubrir las lecciones aprendidas con el Covid-19 para ayudar a las autoridades a responder mejor a futuras pandemias, pero sus revelaciones podrían empañar más aún la maltrecha reputación de Johnson.
Johnson, quien fue festejado por lograr una abrumadora victoria para el Partido Conservador en 2019, se vio obligado a renunciar como primer ministro el año pasado tras una serie de escándalos, incluyendo las fiestas con alcohol en las oficinas de Downing Street mientras el país estaba confinado durante la pandemia.
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