Bruselas.— Tres años después de que la mayoría de los británicos apostara por abandonar la Unión Europea (UE), los defensores a ultranza del Brexit al interior del Partido Conservador finalmente se hacen del control del 10 de Downing Street.
Tomarán las riendas del Ejecutivo británico este miércoles, cuando el euroescéptico Boris Johnson se convierta en el nuevo líder tory, en sustitución de la primera ministra Theresa May.
Johnson se hizo con el liderazgo del Partido Conservador luego de imponerse en una contienda en la que participaron exclusivamente los afiliados tory; consiguió 66.4% de los votos, frente a 33.6% que obtuvo su contendiente, el ministro de Exteriores, Jeremy Hunt. La participación fue de 86% de los 160 mil miembros del partido.
El cambio de estafeta se materializa hoy cuando May acuda al Palacio de Buckingham para presentar formalmente su dimisión a la reina Isabel II y comunicar que su partido tiene otro líder. Después, Johnson se desplazará al Palacio Real para tener una audiencia con la monarca, quien le dará las llaves de la residencia gubernamental. De inmediato comenzará a nombrar a sus ministros.
Alexander Boris de Pfeffel Johnson, de ascendencia turca (su bisabuelo fue Ali Kemal, un escritor turco), nació en Nueva York y creció en el seno de una familia perteneciente a la aristocracia política y que hoy es testimonio de la polarización que experimenta Reino Unido.
Su hermana, Rachel, es periodista y fue candidata al Parlamento Europeo; su hermano, Jo, es un veterano periodista y antiguo miembro de la Cámara Baja; mientras que su padre, Stanley, prestó servicio en la Comisión Europea, pero a diferencia de Boris, los tres se oponen al Brexit. Durante su infancia, pasó por el Eton College, un colegio elitista de 40 mil libras de colegiatura al año, y estudió Lenguas Clásicas en la Universidad de Oxford.
De acuerdo con Sonia Purnell, autora de Just Boris: The Irresistible Rise of a Political Celebrity, Al como le llama en la intimidad su familia, tuvo una complicada e inestable infancia; su madre Charlotte padecía de crisis nerviosas. De Nueva York se mudó a Londres, Washington, Connecticut, Inglaterra, de regreso a Londres y después Bruselas, en donde posteriormente sería corresponsal entre 1989 y 1994.
Después fue jefe de redacción en The Spectator. Llegaría a la Cámara de los Comunes por el distrito de Henley y, recurriendo al humor, excentricismo y a un estilo políticamente incorrecto, obtendría la confianza del cosmopolita votante londinense para hacerse de la alcaldía de la capital británica.
Después de ocho años como alcalde volvió a la Cámara de los Comunes, donde orquestó la campaña de salida de la Unión Europea. Tras la victoria en el referéndum del 23 de junio de 2016, fue nombrado ministro de Exteriores en el gabinete de Theresa May, cargo al que renunció en 2018.
A partir de ese momento, utilizando todas sus herramientas a su disposición, incluyendo su columna en The Telegraph, por la cual recibe 275 mil libras anuales, contribuyó a minar los esfuerzos de May.
Es autor de artículos y biografías inexactas, así como de declaraciones ofensivas, como comparar a las mujeres que portan burka con buzones de correo. Sus seguidores lo comparan con Ronald Reagan y Arnold Schwarzenegger, y sus detractores lo asocian con Donald Trump, no sólo por su perfil populista y evocar la restauración de la posición de su nación ante el mundo, sino por sus relaciones extramaritales y por hablar con gran imprecisión ante los hechos.