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Bakú.— Las fuerzas separatistas armenias de Nagorno Karabaj y el ejército de Azerbaiyán intensificaron ayer, octavo día de combates, el fuego de artillería, en particular en Stepanakert, capital separatista, y en Ganyá, la segunda ciudad más grande de Azerbaiyán.
Ambas partes acrecentaron sus declaraciones belicosas, ignorando los llamados internacionales a una tregua y reprochándose mutuamente la responsabilidad del conflicto.
Desde el viernes, Stepanakert, principal ciudad de Nagorno Karabaj, fue objeto de ataques que obligaron a la población a esconderse en sótanos y refugios. La ciudad se había quedado sin electricidad, pero al mediodía el servicio fue restablecido.
El centro y la periferia se vieron afectados y en el noreste se veía humo negro en el cielo. Los residentes se escondieron en los refugios existentes, como la cripta de una iglesia, donde varias familias aguardaban en un ambiente de resignación.
La tarde de este domingo, Shusha, con 4 mil habitantes, fue alcanzada por disparos azerbaiyanos. Según el ministerio de Exteriores, hay civiles muertos y heridos en ambas ciudades.
El mandatario de Nagorno Karabaj, Arayik Harutyunyan, anunció que como represalia, sus fuerzas se centrarían en atacar las infraestructuras militares de las grandes ciudades de Azerbaiyán, situadas a mayor distancia del frente, y pidió a los civiles que las abandonen inmediatamente.
El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, condicionó el alto el fuego en la disputada región a una retirada de las fuerzas armenias. En un discurso a la nación, Aliyev dijo tener una “única condición para el cese de fuego: Las fuerzas armadas [armenias] deben abandonar nuestros territorios”, aseveró.
El líder azerbaiyano agregó que el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, debe reconocer la integridad territorial de Azerbaiyán y admitir que la región no es parte de Armenia. “Los líderes de Armenia deben pensar cuidadosamente antes de que sea demasiado tarde”, manifestó.
Repitiendo las afirmaciones de que Azerbaiyán se había apoderado de una serie de pueblos, prometió seguir luchando hasta que se recuperara la región.
“Nagorno Karabaj es nuestra tierra. Tenemos que volver allí y lo estamos haciendo ahora. Esto es el final. Les mostramos quiénes somos. Los estamos persiguiendo como perros”, declaró.
Al respecto, Rusia se dijo preocupado por el aumento de las víctimas civiles en el conflicto.
El jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, quien habló por teléfono con su homólogo armenio Zohrab Mnatsakanian, reiteró su llamado a un cese el fuego lo antes posible, informó el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia en un comunicado.
La canciller de Alemania, Angela Merkel, pidió en conversación telefónica con Pashinián un alto el fuego inmediato en Nagorno y el inicio de negociaciones con Azerbaiyán.