Un bombardeo contra un convoy de vehículos civiles causó al menos 25 muertos el viernes en el sur de Ucrania, horas antes de que Rusia formalice la anexión de cuatro regiones ucranianas.
El presidente ruso Vladimir Putin se dispone a oficializar este viernes la anexión de las regiones de Donesk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, ocupadas por sus tropas en Ucrania, abriendo la puerta a emplear armas nucleares para defender su territorio.
Todo está listo en Moscú: el Kremlin acogerá a las 12H00 GMT una ceremonia para ratificar la anexión en la que Putin pronunciará "un discurso voluminoso", en términos del portavoz Dmitri Peskov.
Poco antes de la ceremonia, el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, dijo que Rusia aún debe "aclarar" si se anexará la totalidad de las regiones ucranianas de Jersón y Zaporiyia o sólo las partes que ocupa.
Por su parte, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, convocó para el viernes una reunión de urgencia de su Consejo de Seguridad y reclamó más armas occidentales.
La jornada se vio enlutada por un bombardeo contra una columna de coches civiles, cerca del límite entre la zona ucraniana y la ocupada por las fuerzas rusas en la región de Zaporiyia, en el sur, uno de los cuatro territorios que deben ser incorporados a Rusia.
Al menos 25 personas murieron y otras 50 resultaron heridas, según la fiscalía ucraniana. Ambos bandos se acusan de haber lanzado el mortal ataque.
Zelenski trató a Rusia de "terrorista" y de "escoria sanguinaria". Según la presidencia ucraniana, 16 misiles S-300 rusos cayeron en la zona, unas armas tierra-aire que los rusos también utilizan para atacar en tierra.
En el lugar, se veían dos hileras de coches con los cristales rotos y las carrocerías acribilladas. Entre ellos, yacían cuerpos sin vida.
Según Kiev, Rusia atacó con "cohetes a un convoy humanitario de civiles" que se dirigían a la zona "temporalmente ocupada".
En tanto, un representante de la ocupación rusa local, Vladimir Rogov, acusó a Kiev de haber "atacado a nuestra gente" para evitar que estos civiles acudieran a la zona bajo control ruso.
En la región vecina de Jersón, que también debe ser anexionada este viernes, un alto responsable de la ocupación rusa murió en la noche en un bombardeo ucraniano contra su domicilio, con la ayuda de sistemas HIMARS proporcionados por Estados Unidos, anunciaron las autoridades locales.
Moscú se preparaba para los festejos de la anexión. El centro de la capital presentaba importantes restricciones al tráfico, decoraciones y preparativos para acoger un concierto al lado del Kremlin en el que puede aparecer el mismo Putin.
En la plaza Roja se instalaron carteles en los que se leía: "¡Donetsk. Lugansk. Zaporiyia. Jersón. Rusia!", constataron periodistas de la AFP.
Estas cuatro regiones serán oficialmente anexionadas tras los referendos celebrados del 23 al 27 de septiembre, unas votaciones tachadas de "farsas" por Kiev y sus aliados.
El procedimiento se asemeja al aplicado en 2014 para la anexión de Crimea, una península en el sur de Ucrania, que no ha sido reconocida por la comunidad internacional.
La incorporación de estos territorios a Rusia se aceleró después de la exitosa contraofensiva lanzada por las tropas ucranianas, que también llevaron a Putin a movilizar a cientos de miles de reservistas.
Varios responsables y comentaristas rusos han afirmado que, cuando estas zonas hayan sido anexionadas, Moscú podrá utilizar el arma nuclear para "defenderlas".
Los dirigentes occidentales han reiterado que no reconocerán "jamás" las anexiones y prometieron nuevas sanciones contra Moscú.
El viernes, el Consejo de Seguridad de la ONU deberá pronunciarse sobre una resolución de condena a estos referendos que, sin embargo, no prosperará por el poder de veto de Rusia en este organismo.
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