Brasil.— Un día después de la destitución del titular de Defensa en el marco de una amplia reforma ministerial, los dirigentes de las tres ramas de las Fuerzas Armadas de Brasil renunciaron, en lo que representa la peor crisis que vive el país en décadas.

De acuerdo con el diario Folha de Sao Paulo, el almirante Ilques Barbosa Junior, de la Marina; el teniente de brigada Antonio Carlos Moretti, de Aviación; y el general Eduardo Pujol, del Ejército, renunciaron en protesta por la destitución del ministro de Defensa, Fernando Azevedo e Silva —el lunes—, reticente a los intentos del presidente Jair Bolsonaro de politizar las Fuerzas Armadas y las presiones para que apoyara las medidas contra el aislamiento social en el marco de la pandemia.

Azevedo dijo, al anunciar su salida, que en su gestión logró preservar “las Fuerzas Armadas como instituciones de Estado”.

Molesto por la decisión de los titulares de renunciar, de la que circularon versiones la noche del lunes, el nuevo ministro de Defensa, Walter Braga Netto, participó en una tensa reunión en la que anunció que los dirigentes serían despedidos por orden de Bolsonaro.

La molestia entre las Fuerzas Armadas, uno de los pilares de la gestión de Bolsonaro, ha crecido en los últimos meses.

El columnista Merval Pereira, de O Globo, dijo que Azevedo “estaba incómodo con la necesidad de respaldar formalmente las actitudes del presidente, cuando usaba al Ejército para sus actividades políticas”.

Por su parte, el general Pujol dijo el pasado noviembre que los militares “no quieren ser parte de la política” ni que “la política entre en los cuarteles”.

Carlos Melo, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Insper de Sao Paulo, aseguró que “desde 1985 no hemos tenido noticias de una intervención tan clara por parte del presidente con respecto a las fuerzas armadas”. Bolsonaro, un excapitán del Ejército que a menudo ha elogiado el periodo de dictadura militar de Brasil, ha recurrido en gran medida a militares y exmilitares para que ocupen puestos clave de su gabinete desde que asumió el cargo en 2019, pero Melo señaló que los militares se han abstenido hasta ahora de intervenir en la política.

Las dimisiones no tienen precedentes desde, al menos, el final del gobierno militar hace 36 años. No se nombraron aún los reemplazos. Los cambios en Defensa son parte de la reforma lanzada el lunes por Bolsonaro, que hace dos semanas ya nombró al cuarto ministro de Salud en un año, el cardiólogo Marcelo Queiroga, en lugar del general Eduardo Pazuello.

El presidente enfrenta una presión creciente del Congreso, que pide cambios en medio de su cuestionada gestión de una pandemia que ha costado la vida a más 313 mil personas, con una media semanal de más de 2 mil 600 muertos, casi el cuádruple que a principios de año.

Las renuncias se produjeron en vísperas del aniversario del golpe de Estado, el 31 de marzo de 1964, que instauró una dictadura militar. Braga Netto dijo que se trata de un hecho que debe ser “celebrado” como un “movimiento” que permitió “pacificar al país”.

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