La Paz.— Los sectores contrarios a una polémica ley en Bolivia participaron ayer en una masiva marcha que recorrió La Paz, donde también hubo una multitudinaria movilización de militantes del oficialismo en contra de lo que consideran intentos de desestabilización del gobierno de Luis Arce.
El presidente de Bolivia aseguró que las acciones contra una polémica ley son en realidad un “pretexto” para eludir los juicios instalados por la crisis de 2019 que dice fue un “golpe de Estado”. A la demanda inicial de anulación de la ley de Estrategia Nacional de Lucha contra la Legitimación de Ganancias Ilícitas y el Financiamiento al Terrorismo se adhirieron demandas como el repliegue de los “grupos de choque” del gobierno, la revisión de leyes observadas y la reposición de los 2/3 de votación en debates del Parlamento.
Las protestas se han centrado principalmente en las ciudades de Santa Cruz, Cochabamba y Potosí, en la que hubo un fallecido por causas que se investigan, mientras que en los departamentos de Tarija, Chuquisaca y Oruro se han relevado a jefes policiales tras incidentes y agresiones en días anteriores. El Comité Cívico Potosinista (Comcipo) tras un cabildo declaró “persona no grata” al presidente boliviano y al vicepresidente, David Choquehuanca, señalándolos como “racistas y discriminadores” por no atender las demandas de la región.
El gobierno anunció una “investigación penal” por supuestas dudas en la muerte de un campesino en medio de las protestas por falta de auxilio médico y pese a que la Defensoría del Pueblo señaló que la causa del deceso se produjo por “asfixia mecánica por bronco aspiración”.
Los militantes del MAS se concentraron a primera hora de la tarde en San Francisco portando la bandera indígena wiphala y con la consigna de evitar la “rearticulación” de los grupos contrarios al gobierno de Arce.