Un website en Estados Unidos promulga la supremacía de la raza blanca , lanza insultos racistas contra los afroamericanos, denigra a las mujeres y promueve teorías falsas de una conspiración judía mundial.
El website se llama The Daily Stormer y su fundador, Andrew Anglin, es hoy en día un millonario.
Anglin ha usado una red de partidarios en todo el mundo para acumular por lo menos 112 bitcoins desde enero del 2017, para un valor hoy en día de 4.8 millones de dólares, según una investigación de The Associated Press. Lo más probables es que la cifra real sea mucho más alta.
Anglin y otros activistas de extrema derecha han recaudado millones de dólares mediante las criptomonedas. Tras ser rechazados por la banca tradicional, han recurrido a las monedas digitales, las que usan de manera cada vez más sofisticada para eludir la detección de bancos, reguladores y tribunales, según una investigación de la AP centrada en documentos judiciales, mensajes en Telegram y datos de Chainalysis, una empresa que analiza las transacciones con criptomonedas.
Anglin tiene una deuda de más de 18 millones de dólares debido a multas que tiene que pagar como compensación por haber amenazado o acosado a individuos en Estados Unidos. Pero por ahora nadie sabe dónde está, y su fortuna está intacta.
Beth Littrell, abogada del Southern Poverty Law Center quien representa a algunas de las víctimas de Anglin, sostiene que es muy difícil usar los sistemas judiciales contra grupos derechistas que usan redes virtuales y monedas digitales.
“Las leyes han ido modernizándose, pero siguen rezagadas con respecto al daño que hacen esos grupos”, afirmó Littrell.
Chainalysis recaudó datos correspondientes a una muestra de 12 organizaciones ultraderechistas en Estados Unidos y Europa que pedían donaciones por bitcoin y que mostraban una actividad considerable. En total, acumularon 213 bitcoin — para un valor actual de más de 9 millones de dólares — entre enero del 2017 y abril del 2021.
Andrew “Weev” Auernheimer, director del website del Daily Stormer, ha acumulado 2,2 millones de dólares en bitcoin. El Movimiento Nórdico de Resistencia (movimiento neonazi escandinavo ilegalizado en Finlandia), Counter-Currents (una casa editorial de supremacistas blancos en Estados Unidos) y Génération Identitaire (un grupo derechista en Francia) han recibido cientos de miles de dólares en bitcoin, según datos de Chainalysis.
“¿Realmente cree usted que la manera en que manejamos nuestras finanzas es asunto suyo?” escribió en un email a la AP Martin Saxlind, director de la revista del Movimiento Nórdico de Resistencia, llamada Nordfront.
“Los bancos suecos han abusado su control sobre la economía para negarnos, a nosotros y a otros, el acceso al sistema bancario, por motivos puramente políticos. Esa es la razón por la que usamos criptomonedas”, añadió.
Marc Randazza, quien fue abogado de Anglin, argumenta que la censura política por parte de las entidades financieras está llevando a los grupos a la clandestinidad.
“Eso es más nazi de lo que Andrew Anglin jamás pudiera ser”, sostuvo Randazza. “Ellos crean un mercado negro y después se sorprenden de que hay un mercado negro”.
Pese a reputación de secreto de las criptomonedas, bitcoin en realidad fue diseñado para ser totalmente transparente. Cada transacción es registrada de manera pública e indeleble en la blockchain, por lo cual compañías como Chainalysis las pueden analizar. Los usuarios pueden enmascarar su identidad al no vincularse directamente con la transacción, pero la transacción en sí no puede ser ocultada.
Debido a la existencia de dichos registros, en noviembre del 2020 Anglin llamó a sus seguidores a mandarle dinero sólo en Monero, una “moneda privada” que intensifica el anonimato al borrar datos de los usuarios.
Monero “es muy fácil y, lo que es más importante, es segura”, afirmó Anglin a sus partidarios en febrero del 2021.
Otros han llegado a la misma conclusión.
La lista de personas que hoy en día solicitan donaciones en Monero en vez de bitcoin incluyen a Thomas Sewell, un neonazi australiano; Jaz Searby, dirigente del capítulo australiano de los Proud Boys; Global Minority Initiative, una organización de defensa de prisioneros de blancos nacionalistas en Estados Unidos y Democratie Participative, un website racista francés que fue ilegalizado por los tribunales franceses en el 2018.
Así como se están globalizando las ideologías de la extrema derecha — sean blancos nacionalistas, neonazis o autoproclamados defensores de la “libertad de expresión” — se están globalizando también sus canales de financiamiento. Los datos de Blockchain revelan que los donantes de Anglin están por todo el mundo.
Desde el 2017 sus partidarios han dado dinero en bitcoin también a 32 otras agrupaciones de derecha radical en por lo menos cinco países, según las cifras de Chainalysis.
Los datos revelan además que las donaciones hechas a esa muestra de 12 agrupaciones de ultraderecha vinieron de intercambios de criptomonedas mundiales, con fuerte presencia de intercambios en Europa Occidental y Oriental.
Kimberly Grauer, directora de investigaciones de Chainalysis, explicó que el vuelco hacia intercambios globales “por supuesto es para eludir detección, pero también podría ser indicio de que cada vez más las donaciones están viniendo de distintos lugares del mundo”.
En diciembre del 2020, poco antes de suicidarse, un programador de computadoras francés llamado Laurent Bachelier envió 28.15 bitcoins — entonces de un valor de más de 520 mil dólares — a 22 grupos ultraderechistas. La mayoría de ese dinero fue para Nick Fuentes, un nacionalista blanco norteamericano que en los días subsiguientes se dedicó a exhortar a decenas de miles de seguidores a atacar el Capitolio en Washington. Un bitcoin fue para una cuenta propiedad del Daily Stormer.
Los registros financieros demuestran que los grupos neofascistas no son un fenómeno puramente nacional, y cómo las criptomonedas se están usando para financiar a grupos neofascistas en todos los rincones del planeta.
El dinero de Bachelier pasó por canales no controlados por mercados de criptomonedas regulados, según Chainalysis. Las transacciones salieron a la luz pública solo porque un periodista del servicio de noticias Yahoo recibió una pista al respecto, y porque Bachelier dejó rastros que eventualmente daban con su email.
Los intercambios de criptomonedas, capaces de convertir bitcoin en dólares o en otras monedas, son regulados igual que los bancos, lo que da a las autoridades acceso a los datos o a los fondos mismos.
Pero las cuentas en criptomonedas también pueden ser “desprendidas”, lo que permite al usuario controlar el acceso. Cuentas desprendidas, como la de Fuentes, funcionan como dinero en efectivo. No tienen que pasar por bancos o intercambios que puedan sonar la alarma en caso de alguna transacción sospechosa, que puedan verificar la identidad de un usuario o pagar dinero para cumplir con una orden judicial.
Las cuentas de Anglin también son desprendidas, según Chainalysis.
“El problema con las cuentas desprendidas es que no afectan a la persona”, explicó Amanda Wick, quien fue asesora de la unidad contra delitos financieros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos y ahora es directora de asuntos judiciales de Chainalysis.
“Las únicas herramientas que tenemos son los procesos civiles o penales. Si alguien está dispuesto a pasar un tiempo en la cárcel, sabiendo que su dinero lo está esperando al otro lado sin que nadie pueda acceder a él, pues tenemos un problema”, añadió.
*Este reportaje es una colaboración entre la AP la serie FRONTLINE del canal PBS. El objetivo es debatir las ideas e instituciones que fundamentan las democracias en Estados Unidos y Europa.
lsm