Moscú.— El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, elevó ayer el grado de tensión con la Unión Europea (UE) al amenazar con cerrarle la llave del gas y el tránsito comercial, en respuesta a las inminentes sanciones comunitarias contra su régimen.

“Nosotros le damos calefacción a Europa y ellos encima nos amenazan con cerrar la frontera ¿Y si nosotros cerramos la llave de paso del gas natural?”, se preguntó retóricamente Lukashenko durante una reunión del gobierno. La enésima bravata de Lukashenko es su reacción al quinto paquete de sanciones de Bruselas para castigar a Minsk por la crisis migratoria en la frontera con Polonia, donde desde el pasado día 8 se concentran miles de inmigrantes procedentes de Medio Oriente para tratar de cruzar a la UE.

Las delegaciones de EU y Europa en el Consejo de Seguridad de la ONU condenaron el comportamiento de Bielorrusia. Emitieron una declaración conjunta condenando “la instrumentalización orquestada de seres humanos cuyas vidas y bienestar han sido puestos en peligro con fines políticos por Bielorrusia”. Dijeron que Bielorrusia actúa de esa manera con “el objetivo de desestabilizar a los países vecinos y la frontera exterior de la Unión Europea y desviar la atención de sus propias y crecientes violaciones de derechos humanos”.

La declaración no mencionó al aliado de Bielorrusia, Rusia, que antes de la reunión rechazó las acusaciones occidentales de que estaba trabajando en conjunto con Minsk para enviar a los migrantes a Polonia por la frontera oriental de la UE.

El presidente ruso, Vladimir Putin, pidió a la UE que “restablezca sus contactos” con Bielorrusia “para solucionar cuanto antes la crisis migratoria”. En una muestra de apoyo a Lukashenko, Moscú envió bombarderos estrategicos a una misión de entrenamiento sobre Bielorrusia.

Alemania consideró que “era hora de sacar las consecuencias” de esta crisis y reforzar las sanciones contra el gobierno bielorruso.

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