Miami.— entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el virtual candidato republicano a la presidencia, Donald Trump, este 27 de junio, están a todo lo que da, con ambos atacando los puntos débiles del rival, mientras se elevan las apuestas sobre quién será el vencedor y si habrá nocaut.

Biden inició lo que se conoce como la mayor campaña de propaganda para medios y redes, “Character matters”, o “El carácter importa”, centrada en la principal debilidad de Trump: los juicios que enfrenta, y en la que no duda en señalarlo de “criminal convicto” que representa una amenaza para el país.

Trump no se ha quedado atrás. Su equipo, y republicanos en general, no han dudado en recurrir a las fake news, para pintar a Biden como un político incapaz mentalmente, que va de un desvarío a otro, y un líder que ha fallado en migración, en llenar los bolsillos de los estadounidenses, en liderar para poner fin a las guerras de Ucrania y de Israel.

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“Biden entrará al debate presidencial [organizado por la cadena CNN] sin tener problemas legales como los tiene Trump, y para algunas personas que, en su momento, votaron por Trump [en elecciones pasadas], esa es una línea roja que no están dispuestos a cruzar”, dice a EL UNIVERSAL el analista político Hernán Molina desde California.

“Como fue encontrado culpable [en el juicio en su contra por difamación y en el de haber falseado registros comerciales para presentar como gasto de campaña el pago a la actriz porno Stormy Daniels], aunque hay una apelación, ese es un negativo muy pesado que Biden no tiene, a pesar de que los republicanos están tratando de hacer lo de Hunter Biden [su hijo declarado culpable de posesión ilegal de armas] un problema” para el mandatario, asegura el experto.

Trump fue encontrado culpable de 34 cargos en el caso ligado a Stormy, y podría ser sentenciado a prisión.

La edad de Biden, el talón de Aquiles que los republicanos explotan

Seis de cada 10 estadounidenses dice no tener mucha confianza en la capacidad mental de Biden para desempeñarse como presidente, de acuerdo con una encuesta del Centro de Investigación de Asuntos Públicos AP-NORC. Para la mayoría de los ciudadanos, a sus 81 años Biden debería estar retirado, no gobernando.

Esta realidad es explotada ampliamente por los republicanos, que encabezan una campaña para mostrar a Biden como un líder disperso, fuera de la realidad. Los videos editados de su participación en la cumbre del G7, o en la conmemoración del desembarco en Normandía son sólo un ejemplo de hasta dónde están dispuestos a llegar.

Aunado a esto, no hay mitin encabezado por Trump donde no enfatice que Biden no es apto mentalmente. “Ni siquiera puede bajar las escaleras sin caerse”, repite.

Sin embargo, tampoco es que Trump escape a las críticas por su edad (cumplió 78 años).

“Más de 60% de los votantes de ambos partidos han expresado que preferirían a otros candidatos” presidenciales, explica Salas; “se sienten desanimados principalmente por sus edades”.

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Frontera, fentanilo, economía: las armas para el debate

El gran golpe de Trump contra Biden previo al primer debate presidencial ha sido la crisis fronteriza. No ha dejado de señalarlo como responsable de la crisis humanitaria en la frontera con México.

“Los republicanos han tomado la gestión fronteriza de manera mediocre con la sola intención de criticar a Biden de no tener una política directa para resolver esa crisis” y darle certeza a los votantes de su liderazgo en ese tema que se ha convertido en el más delicado de la contienda presidencial, dice Molina.

Trump se vanagloria de las leyes que aprobó en su primer mandato (2017-2021), y acusa a Biden de tener una política de “fronteras abiertas”. Aprovechando el poder que tiene sobre el Partido Republicano, fue el más firme detractor de que la agrupación avalara la ley de Seguridad Fronteriza que propuso el mandatario para tratar de poner fin al flujo incesante de migrantes.

Biden ha acusado directamente a Trump del fracaso de la iniciativa y, a la vez, intenta blindarse en ambos flancos del debate migratorio: frente a quienes lo tachan de “blando”, presentó la orden ejecutiva para suspender el asilo de los migrantes que cruzan la frontera sur de forma irregular. Ante los que lo acusan de ser Trump v.2 por sus políticas antiinmigrantes, responde con otra serie de medidas para beneficiar a los indocumentados que viven desde hace años en Estados Unidos, allanando el camino a la legalización, poniendo fin (temporalmente y sólo mientras esté al frente) al absurdo de separar familias, obligando a los indocumentados a salir del país para llevar a cabo sus procesos y obtener la Green Card. También anunció beneficios para los soñadores. Trump lanzó el contragolpe enseguida: “¡Amnistía, amnistía!”, reclamó.

Narcotráfico y fentanilo

El tema fronterizo no puede estar deslindado de la otra gran crisis estadounidense, el consumo de drogas y la cantidad de personas que ha matado el fentanilo en los últimos años. “Este tema es espinoso para ambos candidatos, porque en ambas administraciones no hubo avances medibles que permitieran decir que el combate a las drogas ha sido efectivo”, señala el politólogo Pablo Salas; sin embargo, advierte que “a quien más le pega es a Biden, porque las terribles estadísticas de muertes por el fentanilo corresponden a su administración”.

En su administración, Trump declaró la “epidemia” de opioides como emergencia de salud pública, a la vez que subrayó la necesidad de detener el flujo de fentanilo con más control fronterizo y sanciones comerciales. Bajo el liderazgo de Biden, se han promulgado y propuesto leyes para aumentar las sanciones a los traficantes de fentanilo y fortalecer las regulaciones sobre la prescripción de opioides. Ha puesto en marcha políticas para aumentar la disponibilidad de naloxona, un medicamento que revierte las sobredosis de opioides. La administración también ha trabajado en la mejora de la vigilancia y la recopilación de datos para identificar y responder rápidamente a los brotes de sobredosis. La administración Biden también ha trabajado de cerca con México y China, sin mayores resultados.

Aborto y los otros temas

El otro gran caballo de batalla de Biden: el respeto al derecho a decidir. En este tema, las encuestas muestran un claro apoyo de las mujeres por el candidato demócrata.

Trump seguro atacará a la administración de Biden por no controlar efectivamente los precios que tanto ha afectado el costo de vida de los estadounidenses. “La gente sigue percibiendo que la economía no ha mejorado y culpan a Biden por eso” más allá de que el desempleo está en bajo nivel, subraya Hernán Molina. De acuerdo con la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos, hasta mayo pasado la tasa de desempleo en el país es de 3.9%.

También están las críticas sobre paquetes de estímulo y gastos federales. “Trump seguramente va a decir que estas políticas han alimentado la inflación y aumentado la deuda nacional”, dice Pablo Salas.

En materia de política exterior, seguramente saldrá a relucir el apoyo económico a Ucrania y la falta de liderazgo para negociar un alto al fuego efectivo en la Franja de Gaza entre Israel y Hamas. “Quizá hasta vuelva a mencionar [Trump] el caótico retiro de las tropas estadounidenses de Afganistán (en 2021)”, comenta el experto en Florida.

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No hay que perder de vista la gestión de Biden respecto a las relaciones con China, especialmente en términos comerciales y de seguridad, será un área crítica. Trump ha mantenido una postura dura contra Beijing y utilizará ésto para presentarse como más firme y protector de los intereses estadounidenses.

“También está el tema del incremento en las tasas de criminalidad en algunas ciudades de Estados Unidos, que podría ser un punto de ataque contra Biden. Trump podría argumentar que las políticas de Biden no han sido efectivas en mantener la seguridad pública”, dice Salas. Las propuestas de Biden para la reforma policial y su impacto en la seguridad pública seguramente saldrán en la contienda del debate, con un Trump presentándose como el candidato de la ley y el orden.

El presidente, a su vez, puede optar por explotar las diferencias en el manejo de la pandemia de Covid-19 entre ambos. También hay que sumar que Biden ha impulsado políticas progresistas en áreas como el cambio climático, la infraestructura y los derechos civiles. Su enfoque en temas como la justicia racial, la igualdad de género y los derechos LGBTQ+ han resonado con amplios sectores del electorado.

En cambio, el demócrata enfrenta dificultades para mantener el apoyo de votantes jóvenes e hispanos. A pesar de sus esfuerzos en áreas como el alivio de la deuda estudiantil, muchos jóvenes se sienten insatisfechos. Asimismo, ha perdido apoyo entre votantes hispanos, lo cual es crucial en estados clave para las elecciones. Esta percepción podría cambiar en alguna medida a partir de la orden ejecutiva a favor de indocumentados casados con estadounidenses.

El creador de Make America Great Again (MAGA), cuenta con una base de seguidores muy leal y apasionada, que se mantiene fiel y activa en su apoyo. Esta representa un segmento significativo del electorado que está altamente motivado para votar y participar en la campaña de Trump. Y eso se debe a que el candidato republicano ha demostrado una notable capacidad para movilizar a votantes, particularmente en áreas rurales y entre aquellos que se sienten marginados por el establishment político. Sus mítines y presencia en medios sociales energizan a sus seguidores y aumentan la participación electoral.

A pesar de haber sido presidente, Trump sigue siendo visto por muchos como uno más de ellos, alguien que desafía la política tradicional. Esta imagen resuena con votantes descontentos con la política tradicional y deseosos de un cambio. También hay que sumar que “muchos de sus seguidores destacan los logros económicos durante su administración, como la reducción de impuestos, la desregulación y el bajo desempleo previo a la pandemia”, comenta Molina. Argumentan que su enfoque en políticas pro negocios puede fortalecerlos aún más en ese renglón.

Los números

En medio de este golpeteo previo al debate, las encuestas ponen a ambos candidatos en empate técnico. Morning Consult coloca a Biden con 44% de intención de voto, contra 43% para Trump. CBS News/YouGov da a Donald 50%, contra 49% para Joe. Según Emerson College, Biden tiene 50.2% de preferencias, Trump, 49.8%. La encuesta del New York Times/Siena pone a Trump con 47% frente a Biden con 46%. Fox News, por primera vez, coloca a Biden arriba, 50% contra 48%. En contra le juega a Biden la desaprobación a su gestión: 55%, de acuerdo con un análisis del blog FiveThirtyEight; sólo 39.4% aprueba su manejo. Pero Trump dejó la presidencia, en enero de 2021, con 55% de desaprobación. Con un práctico empate, los candidatos llegan al debate con una urgente necesidad de noquear. Pero en un escenario tan dividido... ¿Lo lograrán?

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