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Washington.- Mucho gasto social, lucha contra el cambio climático, fondos para Centroamérica y fin de la financiación del muro en la frontera. De la propuesta inicial de presupuesto federal para el año fiscal 2022 del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se puede sacar la conclusión que las prioridades son totalmente opuestas a las de su antecesor, Donald Trump, con un vuelco a las prioridades de gobierno que deben encarar a los EU hacia una dirección diferente.
Uno de los puntos fundamentales es el fin de la solicitud de dinero para la construcción del muro en la frontera entre EU y México, uno de los puntos recurrentes en las solicitudes presupuestarias de Trump y que siempre generaba arduas discusiones y puntos de conflicto. En su último presupuesto, el expresidente republicano pidió al Congreso 2 mil millones de dólares.
“La solicitud discrecional no incluye fondos adicionales para la construcción de un muro fronterizos, y propone la cancelación de los saldos del año anterior que no estaban comprometidos a finales de 2021”, reza el documento que el gobierno Biden entregó al Congreso, un primer esbozo del presupuesto final que se entregará con todos los detalles necesarios en unas semanas y primera piedra de toque para las negociaciones entre lo que la Casa Blanca solicita y lo que el Capitolio finalmente adjudicará.
El cese de la solicitud de fondos para el muro no significa que no se pida dinero para la seguridad fronteriza: al contrario, se piden mil 200 millones la modernización de la infraestructura ya existente.
Destaca también en el documento el cumplimiento del compromiso del gobierno Biden para atajar el asunto migratorio desde la raíz, y el “primer paso” en la promesa de desembolso multimillonario en Centroamérica: se piden 861 millones de dólares que deben servir para “mantener relaciones regionales eficaces y fortalecer la responsabilidad de los gobiernos para reforzar la prestación de servicios y la seguridad al reducir la corrupción endémica, prevenir la violencia, reducir la pobreza y ampliar las oportunidades de desarrollo económico”.
Esta partida sería la primera de los 4 mil millones de dólares en cuatro años a los que se comprometió el gobierno de Estados Unidos.
En asuntos migratorios, también se solicitan 4 mil 300 millones de dólares para la Oficina de Refugiados, fondos que serán fundamentales para que la administración Biden pueda cumplir su promesa de aceptar 125 mil refugiados a lo largo de 2022. Asimismo se solicita un 21% más dinero que el año anterior (891 millones de dólares) para que las cortes de inmigración puedan resolver y hacerse cargo de todos los casos pendientes que tienen aguardando y con mucho retraso, dinero que servirá entre otros para contratar un centenar de nuevos jueces que permitan acelerar los casos.
La partida dirigida a Defensa sigue siendo la más elevada del presupuesto federal, 715 mil millones de dólares (casi la mitad del total), pero es, junto a la destinada a Seguridad Nacional, la que menos crece de todas las agencias y departamentos federales.
Todo lo contrario de los fondos que se solicitan para gasto social, especialmente en temas de educación, cambio climático y salud, tres áreas que ganan importancia en la solicitud de presupuesto y que marcan la pauta de las prioridades del gobierno Biden; las dos últimas especialmente importantes para la administración, ya que son puntos focales para solucionar dos de las crisis más acuciantes que afronta EU: la climática y la pandemia de coronavirus.
En total, la solicitud inicial de presupuesto para gastos discrecionales se eleva a 1.5 billones de dólares para el próximo año fiscal, un 8,4% más que el aprobado por el Congreso para 2021; y no incluye las nuevas propuestas fiscales presentadas por Biden ni el dinero obligatorio para programas sociales como el Seguro Social, que solo se comunicarán al Congreso cuando se presente el documento final con las partidas solicitadas desgranadas al detalle y que se hará público dentro de algunas semanas.
