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Washington.— El exvicepresidente de Estados Unidos y futuro candidato demócrata a liderar la Casa Blanca, Joe Biden, negó ayer rotundamente las acusaciones de abuso sexual denunciadas por Tara Reade, quien fue su empleada hace 27 años cuando él era senador.
El político tardó varias semanas en referirse directamente a esa querella, que lo estaba poniendo bajo una presión asfixiante: mientras aparecían más testigos que corroboraban la versión de la víctima, su campaña se limitaba a emitir un comunicado genérico, y el Partido Demócrata y grupos feministas cercanos al instituto defendían sin dudar al candidato o guardaban silencio sepulcral.
“Quiero comentar las acusaciones de una exempleada sobre mi [supuesta] mala conducta hace 27 años: no son verdad, eso nunca sucedió”, sentenció Biden en un comunicado a primera hora.
De acuerdo con el señalamiento de Reade, que fue público desde hace más de un mes pero que ganó protagonismo en los medios a medida que salían testigos que decían conocer la historia, el exvicepresidente la habría manoseado por debajo de la camiseta y penetrado con sus dedos en un pasillo del Congreso en 1993.
Con el paso de los días, la presión desde dentro de su instituto político para que Biden saliera a dar su versión de los hechos era muy grande, especialmente ante las voces conservadoras que aprovechaban la ocasión para elevar un supuesto doble rasero de los demócratas ante los casos de abuso sexual, acusando al movimiento #MeToo de partidista.
Para corroborar su historia, Biden urgió a los Archivos Nacionales y Administración de Documentos de Estados Unidos a que den acceso a las quejas del Senado, donde supuestamente tendría que existir una denuncia de Reade sobre la agresión sexual.
“Si existiera una queja, debería estar ahí (...) No tengo nada que esconder”, aseveró.
El desmentido sobre el señalamiento le sirvió a Biden como plataforma para defender su historial de políticas en favor de la igualdad de género y los derechos de las mujeres, así como el derecho de quien lo acusa, y todas las víctimas de abuso sexual, de contar su versión, ser tratadas con dignidad y respeto, así como “ser escuchadas y no silenciadas”.
Posteriormente, en entrevista con la cadena MSNBC, el exsenador reiteró su inocencia: “No, no es verdad. Estoy diciendo inequívocamente que eso no sucedió (...) No sé por qué después de 27 años todo esto vuelve al tapete”.
El presidente Donald Trump, blanco de varias acusaciones de ataques sexuales, llamó a Biden a afrontar las denuncias. “Yo le diría: ‘Ve y lucha’. Es su problema, pero me gustaría que se enfrentara a esto y lo negara”, dijo.