Primero fue por el inicio de la pandemia, el miedo que comenzaron a producir los anaqueles vacíos en los supermercados. La posible escasez de alimentos y agua. Luego fueron los repetidos e inexplicables actos de violencia policiaca deliberada contra la comunidad afroamericana y el movimiento que aún no termina #LivesBlackMatter. Y lo último, el llamado del presidente Donald Trump a estar atentos ante unas “proyectadas elecciones fraudulentas”, donde pidió a sus seguidores más radicales, salir a las calles si fuera necesario.
Así, 2020 se convirtió para Estados Unidos, entre otros muchos calificativos, en un año armamentista. “La última vez que se había visto una reacción social así —una sociedad comprando armas al por mayor— fue en 2001 después de los atentados terroristas”, cuenta a EL UNIVERSAL Hernán Molina, analista político y social.
“La diferencia más grande es que en 2001 el temor era el terrorismo doméstico —dentro de EU—, pero ahora es entre la sociedad: blancos, negros, hispanos, policías, políticos, Trump. Eso es una gran diferencia”.
De acuerdo con Small Arms Analytics, entre enero y octubre de 2020 se vendieron más de 36 millones de armas de todos tipo en la Unión Americana y se proyecta que para fin de año estén alrededor de 40 millones, lo que es considerado como un verdadero récord de ventas.
“Lo más llamativo es que al menos la mitad de los compradores era su primera arma y los demás —que ya tienen—, lo que más compraron fueron municiones, una gran demanda de municiones de muchos calibres”, señala Molina.
De acuerdo con informes del Buró Federal de Investigaciones, (FBI, por sus siglas en inglés), alrededor de 350 millones de armas de fuego están en poder de una pequeña población estadounidense, apenas 30% (111 millones de habitantes aproximadamente). Es decir, ciudadanos y residentes que tienen en sus hogares una o más armas de fuego. Adicionalmente, entre enero y septiembre, el FBI rompió récord también de envíos de solicitud de antecedentes penales para la compra de armas, que sumaron casi 29 millones.
Incluso, la famosa e influyente firma Smith & Wesson, una de las fábricas de armas más famosas en Estados Unidos, dio a conocer en un comunicado que en el penúltimo trimestre de este año las ventas habían crecido 128% más que en el mismo periodo de 2019.
Sturm, Ruger & Co., por su parte, la tienda de venta armas más grande de la Unión Americana, dio a conocer que la demanda de 2020 ha sido la más grande que hayan tenido jamás, especialmente en armas de asalto. Y comentaron que en materia de municiones, en varias ciudades de Estados Unidos, se ha reportado una serie escasez en diversos calibres.
“El gran riesgo es que muchas de esas personas están organizadas en pequeñas o medianas milicias civiles con diversas excusas como salir de caza, tiro al blanco, terapias antiestrés y cosas así”, comenta Hernán Molina, “pero a muchos de esos grupos les gusta salir a la calle a mostrar sus armas en días como los que vivimos cuando los abusos policiacos —contra afroamericanos— y más recientemente, ahora en las elecciones pasadas”.
“Para mí lo más importante es que la gente se informe de lo que representa poseer un armas —o más de una—, que se eduque”, dice Alberto Disla desde Minnesota, joven dominicano, fundador de la plataforma digital Edúcate con las Armas; “la gente debe investigar y saber lo que está comprando, para qué se usa principalmente, quién la creó, qué país la fabrica y en especial que acudan a los lugares que existen para recibir entrenamiento físico y sicológico para su uso y también para saber enfrentar un momento donde su seguridad y su vida podrían estar en juego”.
La situación ha llegado al punto donde algunos países han recomendado a sus ciudadanos no viajar a Estados Unidos hasta nuevo aviso; tal es el caso de Nueva Zelanda.
Además, pidió a sus conciudadanos, que radican en la Unión Americana, mantenerse alejados de las áreas de riesgo en materia de protestas y marchas a favor o en contra de uno u otro personaje de la política nacional.
“Joe Biden está heredando muchos tópicos —temas— calientes, muy calientes. Entre esos, el incremento de las armas —de fuego— en la sociedad americana”, subraya Molina; “lo importante va a ser que logre calmarlos y las cosas no se salgan de la legalidad. Estamos, de alguna manera —con la llegada de Biden—, volviendo a la normalidad de un país más calmado y más estable socialmente”.
“Nosotros sabemos que —Joe— Biden va a tratar de poner trabas a la venta de armas y su gente —los demócratas— van a estar encima de nosotros —quienes nos gusta tener y comprar armas—”, comenta a EL UNIVERSAL Jorge Bernal, de origen colombiano, veterano de la Armada estadounidense.
“Hasta ahora no se le ha hecho daño a nadie y no creo que suceda. A nadie le interesa meterse en problemas. Yo digo que nos dejen tranquilos, es nuestro gusto y afortunadamente vivimos en un país libre y donde las leyes se respetan”.
“Yo no soy partidario de las armas —de fuego—, de ningún tipo de arma y me parece muy peligroso que quienes no tenían estén comprando”, dice a EL UNIVERSAL Oswaldo Roger, residente de Miami, de padres cubanos. “Muchas personas que saben de armas dicen que el simple hecho de tener una, ya es tener un problema porque si no sabes usarla bien o no estas decidido a usarla —en un caso de enfrentamiento—, lo más seguro es que salgas muy lastimado o muerto”. De acuerdo con reportes de empresas que llevan la estadística de ventas de armas, muchas personas aún acuden a las tiendas que las venden al público en general. Pero reconocen que también se han disparado en este 2020 las ventas de armas de fuego a través de internet. Walmart y Ebay son las dos tiendas digitales que más armas están vendiendo a particulares en la Unión Americana señalan los reportes.