Washington. El presidente estadounidense, Joe Biden, alertó este martes de que la imposición de aranceles a México y Canadá que anunció su sucesor, Donald Trump, es un “grave error”, y dijo que las políticas de éste, especialmente sus propuestas para recortar impuestos a los ricos y las grandes corporaciones, podrían suponer un "desastre económico" para Estados Unidos.
“Rezo a Dios para que el presidente electo descarte el Proyecto 2025. Creo que sería un desastre económico", declaró Biden, saliéndose del guion durante un discurso en el centro de estudios Brookings, en Washington, donde defendió su legado económico.
Biden alertó de los riesgos que algunas medidas de Trump podrían suponer para la economía estadounidense, en particular si se aplican las directrices del “Proyecto 2025”, diseñado por la conservadora Heritage Foundation para un segundo mandato de Trump y que contó con la colaboración de asesores del expresidente, aunque posteriormente este intentó desvincularse.
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El mandatario consideró que Trump, quien asumirá el cargo el 20 de enero de 2025, deberá decidir entre seguir fortaleciendo a la clase trabajadora o favorecer a los ricos y a las grandes empresas.
“El resultado de esta elección nos sitúa en un momento crucial. ¿Continuaremos impulsando la economía desde abajo hacia arriba y desde el centro hacia fuera, invirtiendo en todos los estadounidenses, apoyando a los sindicatos y a las familias trabajadoras?”, planteó Biden.
Al respecto, argumentó que las inversiones en infraestructuras, manufactura y comunidades marginadas realizadas durante su mandato evitaron una crisis económica grave tras la pandemia de la covid-19 y, además, aseguró que estas medidas han sentado las bases para un crecimiento económico sostenible.
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No obstante, advirtió que los recortes fiscales propuestos por Trump, combinados con reducciones en programas sociales y un aumento de los costes sanitarios, podrían poner en peligro estos avances.
Trump ha prometido ampliar los recortes de impuestos para las grandes empresas que introdujo en su primer mandato y propone reducir la tasa impositiva del 21 % al 15 % para las compañías que produzcan todos sus productos en Estados Unidos.
Biden también criticó la intención de Trump de imponer aranceles, como el gravamen del 25 % que ha amenazado con aplicar a Canadá y México si no frenan el tráfico de drogas y la inmigración irregular, o las tasas de hasta el 60 % para productos chinos.
“Trump parece decidido a imponer aranceles universales elevados sobre todas las importaciones, creyendo equivocadamente que serán los países extranjeros quienes asuman el coste, en lugar de los consumidores estadounidenses. ¿Quiénes creen que acabarán pagando? Es un grave error", aseguró Biden.
Durante su discurso, que duró unos más de media hora, Biden tuvo que improvisar porque, según explicó, el teleprompter dejó de funcionar.
En ese momento, con un tono más distendido, Biden bromeó sobre los cheques de estímulo enviados durante el primer mandato de Trump para ayudar a los ciudadanos durante la pandemia, que llevaban su firma, y los comparó con los que él distribuyó sin estampar su nombre.
“Aprendí algo de Donald Trump”, comentó entre risas, recordando: “Él firmaba los cheques de ayuda por la pandemia. Yo no lo hice. ¡Qué tonto fui!”.
El discurso de Biden también sirvió para subrayar los logros económicos de su mandato, que comenzó en enero de 2021. Entre ellos, destacó la creación de 16 millones de empleos, la mayor cifra en un solo periodo presidencial, además de registrar el promedio de desempleo más bajo de los últimos 50 años y la menor brecha de riqueza racial en dos décadas.
“La mayoría de los economistas coinciden en que la nueva Administración heredará una economía bastante sólida, al menos por el momento”, presumió Biden.
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No obstante, y a pesar de estos indicadores positivos, la preocupación de los estadounidenses por la economía fue uno de los factores determinantes en la victoria de Trump frente a la candidata demócrata y actual vicepresidenta, Kamala Harris, en las elecciones del pasado 5 de noviembre.
La inflación fue, de hecho, la principal inquietud de los votantes. En junio de 2022, alcanzó un récord del 9,1 %, la subida más alta desde 1981, aunque desde entonces se ha moderado con los últimos datos disponibles, correspondientes a octubre, mostrando que la inflación se sitúa actualmente en el 2,6 %.
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