Washington.- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dio hoy un mensaje, tras la firma de una orden ejecutiva que restringe la cantidad de personas que pueden solicitar asilo en la frontera con México.
Biden acusó a los republicanos de haber convertido la frontera “en un arma” y aseguró que el tema migratorio “no es un asunto político que se pueda usar como arma”.
Se quejó de que a principios de año presentó un acuerdo sobre seguridad fronteriza para resolver el tema, pero los republicanos lo sabotearon, por órdenes de su antecesor, el expresidente Donald Trump, quien contenderá con él en noviembre por la presidencia.
Biden dijo que si bien una legislación habría sido mejor, no podía cruzarse de brazos y por eso firmó la orden ejecutiva que restringe de manera temporal el acceso al asilo en la frontera sur; se activará cuando el número de cruces irregulares supere los 2 mil 500 cruces irregulares diarios por un periodo de siete días; la medida se pausarán cuando la cifra disminuya a mil 500.
La orden, dijo el presidente, evitará que los migrantes que crucen la frontera de manera irregular puedan solicitar asilo, y obligará a que lo hagan por la vía legal, antes de cruzar desde México.
Lee también: Biden firma orden que "cierra" la frontera y restringe el asilo; entra en vigor este martes 4 de junio
Como elemento clave para atender el problema migratorio, Biden mencionó que está “trabajando de cerca con México, en vez de atacar a México”.
“Hemos construido una sociedad fuerte, basada en la confianza, con el presidente Andrés Manuel López Obrador. Haré lo mismo con la presidenta electa [Claudia Sheinbaum], con quien hablé ayer”.
Aseguró que su administración está decidida a trabajar con México “juntos, como socios igualitarios”, y que este trabajo conjunto ha derivado en una caída dramática en los cruces.
Reconoció que Estados Unidos necesita modificar las leyes migratorias, tener más jueces migratorios, más agentes, más tecnología.
Al mismo tiempo, Biden estableció un contraste entre la forma cómo está lidiando con el tema migratorio, y la que usaba Trump.
“Yo nunca he demonizado a los migrantes. Nunca me referiré a los migrantes como sangre que envenena al país”, dijo, aludiendo a declaraciones de Trump que evocan dichos de Hitler.
“No separaré familias”, aseguró el mandatario demócrata, para luego asegurar que más allá de esta orden temporal, “sigo luchando por una reforma migratoria”.
Admitió que Estados Unidos vive una “crisis migratoria” y que “no hacer nada es una opción. Debemos asegurar la frontera”.
Dijo que seguirá trabajando, a la vez, para ver “cómo hacer que el sistema migratorio sea más justo y equitativo”.
kicp/mcc