¿Benedicto XVI fue nazi? La polémica alrededor del Papa emérito

Cuando Benedicto XVI asumió como jefe de la Iglesia católica, en 2005, algunos medios recuperaron una de las grandes polémicas de Joseph Ratzinger. ¿Fue el alemán un nazi?

“De la Juventud Hitleriana al Vaticano”, tituló el diario británico The Guardian. “El Papa que desertó de las filas nazis cuando ya no le gustaron”, indicó el diario sueco Aftonbladet.

Benedicto XVI nunca fue un Papa carismático, pero sí poderoso. Conocido como Rotweiller de Dios, por su defensa a ultranza de las posiciones más conservadoras en la Iglesia católica, generó rechazo cuando fue designado nuevo Papa. “A Benedicto XVI lo juzgaron y condenaron desde el primer momento”, indicó el medio español RTVE.

Una de las polémicas más grandes fue justamente la pertenencia de Ratzinger a las Juventudes Hitlerianas. Sin embargo, el jerarca alemán no fue un nazi, como se ha señalado. Él mismo ha reconocido su pertenencia a las Juventudes Hitlerianas, esta poderosa organización creada en 1926 por el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán donde se adiestraba a los jóvenes alemanes, quienes recibían no sólo entrenamiento militar, sino que eran adoctrinados en la ideología nazi.

En su libro “La sal de la tierra”, Ratzinger aclaró que sí estuvo en el grupo, pero no por gusto. “Ni mi hermano ni yo estuvimos, voluntariamente, en dicha organización nazi. Mi hermano Georg fue enrolado obligatoriamente a las Juventudes hitlerianas, como yo. Yo era aún un niño cuando a él lo sometieron, pero más tarde, el seminario en el que estaba me registró a la HJ”.

Ratzinger tenía sólo 14 años. A los 16 que el hoy papa emérito fue reclutado obligatoriamente en las filas de la Wehrmacht, el ejército nazi. En 1943, estuvo en una unidad encargada de vigilar, con una batería antiaérea, una fábrica de la BMW en Múnich. El papa alemán siempre ha dicho que no disparó “un solo tiro”.

En los últimos días de la guerra, Ratzinger desertó, a pesar de saber que eso ponía en riesgo su vida, y la de su familia. El castigo para los desertores era la ejecución.

John Allan, biógrafo de Benedicto XVI, afirma que “Ratzinger no fue ningún miembro entusiasta de las Juventudes Hitlerianas, a las que sólo perteneció poco tiempo”.

“Todos estaban en la Juventud Hitleriana”; dijo a su vez Olaf Blaschke, experto en Historia de la iglesia moderna en la Universidad Trier. “Era algo obligatorio, difícil de evadir. Y los que eran adoctrinados por esas ideologías eran los mismos que más tarde construyeron la República Federal de Alemania y pelearon contra todos los totalitarismos”, dijo, citado por el diario argentino Clarín.

Desde antes de asumir como Pontífice, siendo asesor de Juan Pablo II, Ratzinger jugó un papel clave en la redacción de la encíclica “Nosotros recordamos”, del hoy fallecido pontífice en 1998, en la que se disculpó por el rol que jugaron los católicos durante el Holocausto.

En 2006 visitó Auschwits, el antiguo campo de exterminio, donde pidió perdón por los “crímenes contra Dios y los seres humanos sin paralelos en la historia” cometidos allí.

Dijo que, como hijo del pueblo alemán, era su obligación acudir a ese lugar que simboliza, como ningún otro, el horror del Holocausto. “También estoy aquí para pedir la gracia de la reconciliación”, indicó.

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Con información de Agencias.

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