Panamá/Quito.— A las afueras de la Ciudad de Panamá, el barrio indígena Koskuna está bajo un cerco sanitario. De sus 3 mil habitantes, casi todos de la etnia guna, 117 están infectados de Covid-19, enfermedad que ha causado 146 muertes en todo el país, y las autoridades realizan en esa comunidad hisopados a personas con síntomas y a sus contactos.

La semana pasada se detectó el brote en Koskuna, una comunidad de cerca de 240 hogares con “características especiales, pues en cada casa hay dos o tres familias”, un hacinamiento que resulta explosivo para la propagación del virus, comentó el director regional de Salud Metropolitana, Israel Cedeño.

“Debido al tipo de vivienda, cómo conviven estas personas y la cantidad de casos, se instaló el cerco” sanitario el pasado 17 de abril, dijo el funcionario, que aseguró que la situación está controlada.

De Koskuna, fundada hace unas dos décadas en la zona costera de Veracruz, en Pacífico panameño y lejos de El Caribe autóctono de los guna, nadie entra ni sale.

Agentes de los servicios nacionales de Fronteras (Senafront) y Aeronaval (Senan) custodian la entrada a esta comunidad de cinco calles, en la que se han instalado vallas de hierro. Sólo pasan funcionarios sanitarios que realizan hisopados y otros trabajadores de sectores esenciales como el aseo urbano.

Autoridades ubicaron en 117 los contagios en esta comunidad.

En Panamá, las autoridades están usando hoteles para albergar a pacientes con síntomas leves, y hasta este jueves había en esas instalaciones mil 42 infectados del total de 4 mil 393 que se encuentran en aislamiento domiciliario en todo el país; otros 356 estaban hospitalizados hasta el jueves en Panamá, 93 de ellos en las unidades de cuidados intensivos y el resto en salas, mientras que los recuperados sumaban 2 mil 531.

Indígenas de la etnia guna recibieron ayer de pescadores alrededor de 400 bolsas, de dos kilos cada una, con filetes de toyo, alguacil y pescados enteros para paliar el ais- lamiento en Kuna Nega.

En tanto, representantes de varios países que integran la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (COICA) denunciaron ayer la “desatención” de gobiernos y organizaciones internacionales ante la pandemia y pidieron el cese de la minería ilegal en sus territorios.

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