RAFAH, Franja de Gaza.- Un barco de ayuda humanitaria cargado con unas 200 toneladas de alimentos zarpó el martes hacia Gaza en una prueba piloto para la apertura de un corredor marítimo hasta el territorio, donde cientos de miles de personas están al borde de la hambruna cinco meses después del inicio de la guerra entre Israel y Hamas.
Los alimentos fueron recopilados por World Food Kitchen, la organización benéfica fundada por el célebre chef español José Andrés, y se trasladan a bordo de una barcaza adosada al barco de la ONG española Open Arms. La embarcación partió desde Chipre y se espera que llegue a Gaza en dos o tres días.
Por su parte, Estados Unidos anunció el jueves que planea construir un muelle en el enclave costero para facilitar la llegada de ayuda, pero es posible que pasen varias semanas hasta que esté operativo. El gobierno del presidente Joe Biden ha proporcionado ayuda militar crucial a Israel al tiempo que pedía a su aliado que facilitase la entrada de más ayuda humanitaria.
La guerra, que comenzó tras el asalto de Hamas al sur de Israel el 7 de octubre, se ha cobrado la vida de más de 30 mil palestinos en Gaza y ha desplazado a alrededor del 80% de sus 2.3 millones de habitantes. Según Naciones Unidas, un cuarto de los gazatíes pasa hambre porque no pueden encontrar alimentos suficientes o no pueden permitirse sus exorbitantes precios.
Estados Unidos, Qatar y Egipto han intentado negociar un alto el fuego y la liberación de los rehenes cautivos en Gaza antes del inicio del mes sagrado del islam, el Ramadán, que comenzó el domingo, pero las conversaciones se estancaron la semana pasada luego de que Hamas pidió que cualquier pausa temporal en los combates incluyese garantías para el final de la guerra.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu ha prometido ampliar su ofensiva a Rafah, una ciudad en el extremo sur del enclave donde se ha refugiado la mitad de la población, y seguir combatiendo a Hamás hasta que esté totalmente desmantelado y todos los rehenes hayan regresado a casa.
La guerra amenaza con propagarse por Oriente Medio mientras grupos respaldados por Irán y aliados de Hamás intercambian fuego con las fuerzas estadounidenses e israelíes. El ejército de Israel dijo que el lunes se dispararon unos 100 proyectiles desde Líbano a territorio israelí, en una de las mayores andanadas desde el inicio del conflicto en Gaza.
No se reportaron daños personales ni materiales de inmediato en un operativo que parecía responder a los ataques aéreos israelíes de la víspera sobre Líbano. Israel y el grupo insurgente libanés Hezbollah han intercambiado disparos casi a diario desde el 7 de octubre.
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Los grupos humanitarios dicen que es casi imposible repartir ayuda en gran parte del enclave palestino debido a las restricciones israelíes, a los combates y a la anarquía luego de que la policía gestionada por Hamas haya desaparecido prácticamente de las calles.
Israel afirma que no limita la entrada de ayuda humanitaria a través de los dos cruces fronterizos terrestres abiertos en el sur. Pero las agencias de la ONU y las organizaciones humanitarias sostienen que no siempre pueden distribuir los suministros una vez que llegan al enclave por problemas de seguridad y logísticos, y han pedido a las autoridades israelíes que habiliten más pasos.
Las condiciones son especialmente duras en el norte de Gaza, que quedó prácticamente arrasado y está aislado por las fuerzas israelíes desde octubre. Se cree que en la zona quedan unos 300 mil palestinos que desoyeron las órdenes de evacuación israelíes, y en las últimas semanas muchos se han visto obligados a tomar comida para animales.
El lunes, en el primer día del habitualmente festivo mes de Ramadán, niños con cacerolas habían fila en un comedor benéfico en el campo de refugiados urbano de Jabaliya. Cada uno recibía una pequeña porción de zanahorias y batatas cocidas para romper el ayuno que va desde el amanecer a la puesta de sol.
“Nuestros niños no encuentran nada que comer”, dijo Bassam al-Haw, un voluntario. “Ni comida, ni agua, ni harina”.
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La ruta marítima cuenta con el respaldo de la Unión Europea, Estados Unidos y Emiratos Árabes Unidos entre otras naciones. En los últimos días, varios países, incluyendo Estados Unidos, han lanzado ayuda por aire, pero los grupos humanitarios sostienen que son operaciones costosas y que es poco probable que puedan cubrir las crecientes necesidades.
Una vez que el barco de Open Arms y la barcaza que remolca se acerquen a Gaza, dos embarcaciones más pequeñas remolcarán la barcaza hasta el embarcadero que World Central Kitchen está construyendo en una ubicación no revelada. La ONG, que gestiona 65 comedores en todo el territorio, tiene previsto distribuir los alimentos en el norte del territorio.
Los organizadores dijeron que el embarcadero estará en la costa del norte de Gaza pero no ofrecieron más detalles. En una breve entrevista con The Associated Press el sábado en la noche, Andrés dijo que quería mantener la ubicación en secreto para evitar que las multitudes puedan obstaculizar el reparto.
“La mejor seguridad es tener comida suficiente en Gaza”, dijo. “Queremos asegurarnos de que a nadie le ocurre nada”.
Decenas de palestinos murieron el mes pasado durante un caótico reparto de ayuda en el norte organizado por las tropas israelíes, que dispararon a la multitud. Según Israel, la mayoría de las víctimas murieron pisoteadas, mientras que funcionarios palestinos reportaron que recibieron disparos.
Israel, que controla la costa de Gaza y todos los cruces fronterizos terrestres menos uno, dice que respalda la iniciativa de llevar ayuda por mar y que inspeccionará toda la carga antes de que zarpe hacia Gaza.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que esta era la primera vez que se permitía que un barco llevase ayuda directamente a Gaza desde 2005 y que Bruselas trabajará con “embarcaciones más pequeñas” hasta que Estados Unidos finalice la construcción de su puerto flotante.
En el ataque que dio inicio a la guerra, los insurgentes mataron a unas 1 mil 200 personas, en su mayoría civiles, y tomaron a unas 250 más como rehenes. Se cree que Hamás tiene todavía unos 100 cautivos, además de los restos mortales de otras 30 personas, luego de que en noviembre dejó libres a la mayoría en un canje por palestinos encarcelados por Israel.
El Ministerio de Salud de Gaza dice que la posterior ofensiva israelí ha matado a al menos 31 mil 112 palestinos. El conteo no distingue entre víctimas civiles y combatientes, pero señala que dos tercios de los fallecidos son mujeres y menores.
Israel culpa del elevado número de civiles muertos a Hamás porque dice que los insurgentes combaten en zonas residenciales densamente pobladas y sus efectivos, túneles y lanzacohetes están cerca de viviendas, escuelas y mezquitas. El ejército dijo, sin aportar pruebas, que ha abatido a 13 mil combatientes de Hamas.
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