La ciudad estadounidense de Baltimore retiró en plena noche sus cuatro estatuas en homenaje a personajes de la Confederación del sur , pocos días después de los hechos de violencia que enlutaron Charlottesville , según imágenes de la televisión difundidas el miércoles.
"Está hecho", declaró Catherine Pugh, la alcaldesa de esta ciudad de 600 mil habitantes, situada a 80 km de Washington.
"Era necesario retirarlas. Me preocupa la seguridad de nuestra población. Lo hicimos tan rápido como pudimos", declaró al diario local Baltimore Sun, y precisó que la operación había comenzado hacia las 23H30 (03H30 GMT) del martes y se terminó a las 05H30 (09H30 GMT) del miércoles.
La operación de retiro de las estatuas no fue anunciada por anticipado.
Las estatuas --monumentales algunas-- fueron quitadas con una grúa y trasladadas en camión y no dejaron más que los pedestales, a menudo con grafitis antirracistas y a favor del movimiento de defensa de los negros Black Lives Matter ('La vida de los negros importan').
El viernes y el sábado centenares de simpatizantes neonazis, miembros del Ku Klux Klan y de la extrema derecha estadounidense se congregaron en Charlottesville, Virginia, para participar de manifestaciones de protesta contra el retiro de una estatua de Robert E. Lee, el general que comandó las fuerzas de la Confederación -en defensa de la esclavitud- durante la Guerra de Secesión (1861-1865).
La manifestación se convirtió en drama cuando un simpatizante neonazi embistió con su coche a manifestantes antirracistas matando a una mujer e hiriendo a una veintena de personas.
Por su parte, una placa en honor del expresidente de los estados confederados Jefferson Davis fue retirada el martes del muro exterior de un gran establecimiento comercial de Montreal, indicó el miércoles una portavoz de la cadena de grandes almacenes.
"La placa fue retirada", dijo Tiffany Bourré, directora de comunicaciones de La Baie d'Hudson.
El debate sobre el retiro o la conservación de esos monumentos en homenaje a los confederados de los estados del sur que defendían la esclavitud se ha intensificado en Estados Unidos.
Opone a los que consideran esas estatuas y memoriales una celebración de un pasado racista y a los que defienden el derecho de esos estados a recordar su historia.
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