San Diego, California.— Estados Unidos aceptó el ingreso desde Tijuana de 28 integrantes de una caravana de inmigrantes centroamericanos, confirmó a EL UNIVERSAL un funcionario de la Patrulla Fronteriza.

La noticia generó optimismo en el grupo de inmigrantes; sin embargo, al mismo tiempo, el fiscal general estadounidense Jeff Sessions anunció que el Departamento de Justicia presentó cargos criminales contra 11 personas que aseguraron ser miembros de la caravana y que entraron presuntamente de forma ilegal a EU.

El funcionario de la Patrulla Fronteriza dijo a este diario que se están procesando las solicitudes de asilo de 28 integrantes de la caravana, confirmando así la versión de la organización Pueblo Sin Fronteras, que dijo que otros 20 centroamericanos que iban en el grupo pasaron ayer el cruce de San Ysidro, sumándose a los ocho aceptados el lunes.

Irineo Mujica, de Pueblo Sin Fronteras, que organizó la caravana, dijo “es un logro inmenso para estas personas. Estamos contentos, nos tuvieron horas y horas esperando”.

La misma organización informó que ocho de los migrantes lograron que su petición fuera aceptada para enfrentar una audiencia ante un juez de migración, luego de demostrar que sus vidas en sus naciones de origen son insostenibles.

“Los ánimos están altos, hubo buenas noticias para todos”, dijo Alex Mensing, organizador del proyecto de Pueblo Sin Fronteras, desde el lado mexicano tras saber que algunos de los migrantes pudieron cruzar. Inspectores fronterizos de EU confirmaron que permitieron el ingreso al país de algunos solicitantes de asilo, poniendo fin a un breve impasse por falta de espacio.

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) explicó que la semana pasada procesó a cientos de solicitantes de asilo, muchos de ellos mexicanos, lo que contribuyó a una saturación que hizo que rechazaran a los miembros de la caravana que comenzaron a llegar el domingo por la tarde. Ahora, los migrantes podrían enfrentar un largo proceso legal. Los solicitantes de asilo generalmente son detenidos tres días en la frontera y luego son entregados al Servicio de Control de Inmigración y Aduanas. Si pasan una evaluación inicial con un funcionario de inmigración, pueden quedar detenidos o salir en libertad en EU, pero con una tobillera de localización, hasta que sus casos concluyen en una corte de inmigración, lo que podría demorarse varios años.

Casi 80% de los solicitantes pasaron la evaluación inicial entre octubre y diciembre, pero pocos de ellos obtendrán la protección de forma definitiva. La tasa de denegación de asilo entre salvadoreños fue de 79% entre 2012 y 2017, según el Transactional Records Action Clearinghouse de la Universidad de Syracuse. Por detrás están hondureños, con 78%, y guatemaltecos, con 75%.

Funcionarios del gobierno de Trump criticaron lo que calificaron de “recovecos” y las políticas que permiten a los solicitantes de asilo quedar en libertad mientras sus casos avanzan en los tribunales. El presidente tuiteó el lunes que la caravana “muestra lo débiles e ineficaces que son las leyes migratorias estadounidenses”.

De hecho, Sessions informó que 11 personas: ocho hombres y tres mujeres, todos centroamericanos, menos uno, que es mexicano, fueron arrestados por la Patrulla Fronteriza en cuatro puntos cerca del puerto de entrada de San Ysidro. Diez fueron acusados por entrar ilegalmente a EU y otro por haber reingresado tras ser deportado.“Estados Unidos no se quedará cruzado de brazos mientras nuestras leyes migratorias son ignoradas y la seguridad de nuestra nación es amenazada”, aseguró.

La CBP precisó que en función de las “circunstancias” en el puerto de entrada de San Ysidro, los inmigrantes deberán “esperar” en México mientras tramitan los casos de aquellos que están ya en las instalaciones de la agencia. El número de personas atendidas dependerá de la complejidad de cada caso, los recursos disponibles, servicios médicos, disponibilidad de traductores, celdas y el volumen general del puerto de entrada, detalló la CBP en un comunicado.

El gobierno estadounidense ya siguió un protocolo similar cuando, a mediados de 2016, un numeroso grupo de haitianos llegó a la frontera en búsqueda de refugio. En aquella ocasión, se diseñó un sistema que, en colaboración de las autoridades migratorias mexicanas, permitió que la entrega fuera de un determinado número de inmigrantes cada semana.

“Como en el pasado, cuando tuvimos que limitar el número de personas que podíamos traer para procesar en un momento determinado, esperamos que esta sea una situación temporal”, señalaron autoridades migratorias estadounidenses. La CBP tiene espacio para unas 300 personas en el cruce fronterizo de San Diego.

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